Capítulo 27: Causa perdida

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Lo vieron todo, desde el inicio, desde el palco de vidrio polarizado en que les dieron permiso para entrar, rodeados de las pantallas transmitiendo la pelea, con el sonido chocando contra sus cuerpos. Lo oyeron todo, fuerte y claro.

Jayce estaba igual de impactado a Viktor, se vieron nerviosos, Viktor ya estaba listo para rodear a Alune con una enorme cobija para abrazarla y ayudarla a sentirse segura antes de que comenzara a temblar, Jayce iba en busca de agua para que pudiera tranquilizarse, pero nada de eso fue necesario, nadie dijo una palabra, Alune tampoco se movió de su sitio. Estaba estática, viendo la arena sorprendía con los ojos vacíos, apretó los puños, los pegó a su cuerpo y agachó la cabeza, lista para empezar a sollozar.

—¿Alune, estás bien...? —Jayce preguntó con miedo.

—No te preocupes por mi, averigua cómo está. —respondió sin pensarlo, apretando los dientes enojada, y por la manera en que lo dijo, no les estaba pidiendo un favor, estaba dando una orden.

El tono frío de su voz los confundío aún más, pero lo único que podían hacer, era lo que ella les pedía.

~

Kayn soltó un rugido de frustración al aire, no tenía suficiente con ser el apoyo de Sett ahora que Aphelios lo ignoraba, además tendría que aguantarse a toda la gente preguntándole estupideces, averiguando si lo que había dicho Aatrox antes de morirse era real o no. Y por supuesto era una mentira, Aphelios no era capaz de algo así, pero Kayn tenía claro algo; la gente iba a creer lo que les diera la gana, y claramente era más interesante la historia de dos hermanos incestuoso que la verdad, un par de mellizos trágicos separados a la fuerza por la única figura a la que podían llamar guardiana, aunque lo último que hacía era velar por ellos.

Estaba enojado, Rhaast lo sabía y eso solo lo hacía saborear más sus emociones, lo oía riendo en su mente, susurrándole que le diera el control, que se dejara llevar por la sed de sangre, que le permitiera cortar cuellos en nombre de una causa tan noble como defender el honor de un amigo. Kayn podía sentir como una parte de él quería ceder a su propuesta.

Tan pronto habían abierto las puertas de la arena para socorrer a los contendientes fue sin pensarlo a ver a Sett, una herida profunda en el pecho, la cabeza bañada en sangre, el cuerpo lleno de golpes, un ojo hinchado, la pierna inflamada, era sorprendente que aún tuviera fuerza para respirar. En cuanto a los otros dos: Atreus no podía importarle menos, no lo conocía, y Aatrox era un caso perdido, era incluso mejor si no se levantaba, pero Sett... Él necesitaba ayuda. Gritó mientras intentaba tapar la herida en su pecho impidiendo que se desangrara. Cuando por fin llegaron los enfermeros lo dejo ir, se giró por instinto a ver dónde estaba Aphelios y él había desaparecido. Ahora Kayn era quien tenía ganas de matarlo.

Rugió contra su rival, pues a pesar de lo que había sucedido, no cancelaron su pelea. Ni siquiera puso atención a sus nombres cuando llamaron a sus enemigos, y a ciencia cierta tampoco había visto bien sus caras, solo los uso como excusa, como medio para desatar su frustración en alguien que no tenía la culpa, de todas formas, no era que le importara, ni su opinión ni el estado físico en el que saldrían de la arena. Lo único que lo mantenía al vilo era Akali, quien por alguna razón se veía especialmente distraída, esquivaba los golpes, generaba distracciones y alejaba al enemigo, pero no atacaba a matar, como si estuviera asustada. Ella también estaba manchada de sangre, pero no veía de dónde provenía. 

Tan pronto ganaron Akali corrió tras bambalinas, probablemente a buscar algo. Kayn preguntó sobre el estado de los 3 chicos del combate anterior, nadie les dijo nada, y de Aphelios tampoco.

Respiró profundo, si bien había descargado un poco de su ira, no había tenido suficiente, tendría que hablar con Caitlyn para saber cómo proceder después de esto. No le preocupaba el hecho que Aphelios hubiera matado a su contrincante, tenía derecho, además, esos dos tenían el emblema dorado en el pecho, el equipo contrario iba listo para matarlos también. El problema era que Aatrox hizo públicos los rumores y Aphelios lo había matado por eso, y eso podía entenderse perfectamente como si le hubiera dado la razón.

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