C a t o r c e

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C a e l a n

De nuevo me despierto antes que Allen y no tardo mucho en observarla.

Su cabello castaño se extiende sobre la almohada, sus pestañas reposan de manera tierna sobre sus mejillas y mi camisa en su cuerpo la hace ver demasiado... hermosa. Es una imagen que logra acelerarme el corazón de una manera que no entiendo.

He visto a varias chicas despertar a mi lado, pero nunca me había sentido así.

Parpadeo rápidamente y aparto la mirada.

No lo sé, supongo que anoche también me puse sensible y ahora estoy sintiendo cosas que en definitiva no debería sentir.

Me paso las manos por la cara, despejándome, aunque pronto recibo ayuda porque escucho como la puerta del departamento se abre y luego unas voces que conozco muy bien. Cubro bien a Allen con la sábana por si tiene frío, y salgo de mi habitación.

Al primero que veo es a Denzel, y es que con ese cabello blanco es muy fácil de localizar. Luego veo a Nelly y al final a otra chica que no recuerdo haber visto antes. Es castaña y bajita, muy bonita.

—¡Caelan! —Denzel me saluda, entusiasmado—. Mira quienes vinieron.

Alzo una ceja.

—Sí, ya las vi.

—Ella es Jade —Nelly señala a la chica—. Es nuestra tercera amiga.

Ah... eso explica por qué parece no importarle haberla traído aquí.

—Soy Caelan.

—Eso escuché —la chica me sonríe.

—Ni lo intentes —Nelly la toma por el brazo y la sienta en el sillón—. Él es el chico del que te hablé.

Jade vuelve la mirada hacia mí, sorprendida.

—Alyssa siempre ha tenido buen gusto.

Me aclaro la garganta, algo incómodo. Aunque quizás también se daba a que solo voy en bóxer.

—¿Por qué están aquí?

—Para desayunar.

—Denzel, en el internado hay desayunos.

No me molesta que estén aquí simplemente quiero que me diga la verdad.

—Bueno —él suspira, rendido—, es que tenemos resaca y les hablé sobre tu especialidad.

Hot cakes, esa es mi especialidad.

Son muy buenos para quitar la resaca.

También suspiro.

—Bien. Iré a cambiarme.

—Y llama a Aly —me dice Nel—. Ya lo intenté, pero no me contesta.

—No hace falta. Ella está en mi habitación.

Una pequeña O se forma en sus labios.

—No me dijo que estaba contigo.

—No creo que tuviera cabeza para eso.

—¿Qué quieres decir?

—Estaba cansada.

Ella entrecierra los ojos y me mira como tratando de descifrar algo.

—Ayer tuvo una comida con sus padres y peleó con Sam. Lo que quiere decir que... —nadie dice nada, esperamos pacientemente hasta que acabe de analizar todo, y cuando termina abre los ojos ampliamente—. ¡No tuvieron sexo!

El poder del deseo #1 B.P  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora