D i e c i n u e v e

309 19 0
                                    

Las luces del estudio de papá están encendidas y Caelan se encuentra de espaldas a ella, recibiendo la luz dorada contra su espalda, iluminándolo. Yo cierro la puerta detrás de mí, pero permanezco contra ella, controlándome al verlo de esa manera.

Esta fue una mala idea.

Se ve demasiado atractivo, estamos en un lugar cerrado, solos, y yo siento tanto. Aún en la distancia hace que mi corazón lata con intensidad, hace que mis manos suden y que no pueda apartar los ojos de él.

Tengo tantas ganas de llorar, de abrazarlo y admitir que lo quiero también, que no deseo hacer esto, que mi padre me está obligando, pero las palabras se atoran en mi garganta haciéndome saber que soy demasiado cobarde, mostrándome que me es más fácil dejar ir las cosas que enfrentarlas, que luchar contra todo lo que me detiene para ser feliz a su lado.

Mierda, no se supone que la adolescencia deba ser tan difícil.

No se supone que debas dejar ir a la persona que amas por esa misma razón.

—¿Y bien? —Caelan alza una ceja—. ¿Me dirás la verdad?

—Ya te dije la verdad —murmuro.

Se talla la mandíbula con frustración.

—¿Por qué ahora sientes que no puede confiar en mí? Nunca te ha dado miedo decirme lo que quieres y lo que sientes.

—Solo necesito que te vayas de aquí, Caelan. Estás complicándolo más y...

—¿Qué estoy complicando? ¿Qué es lo que está mal?

Cierro los ojos y me aferro a la manija de la puerta.

Su desesperación, su dolor, todo se clava en mi corazón como una maldita espina y entonces empiezo a dudar.

Claro que quiero decirle lo que pasa, se merece una explicación para este cambio tan repentino y doloroso. Porque hace semanas estábamos viviendo días grandiosos, sin dudas, y ahora le estoy pidiendo que se aleje de mí como si fuera tan sencillo como respirar.

Si la situación fuera al revés yo me sentiría tan dolida que probablemente no me podría mantener de pie.

Entonces descubro que no quiero decírselo porque sé que me va a elegir a mí. Va a querer seguir adelante con lo nuestro y dejará su oportunidad de triunfar en la vida a pesar de quererlo tanto como a mí. Lo sé porque es lo que yo haría. Lo dejaría todo sin pensarlo por él.

—Tienes que pensar objetivamente, Caelan —digo sin abrir los ojos—. Por favor, promételo.

—Lo prometo —ni siquiera duda.

Yo lleno de aire mis pulmones, pero no parece ser suficiente.

Siento que me estoy ahogando en mis sentimientos y emociones.

—Mi papá lo sabe —lo suelto sin más—. Envió a alguien a seguirme y sabe lo nuestro. También sabe quién eres y me está amenazando. Si nosotros seguimos él hará lo posible para quitarte la oportunidad en la academia, para arruinar todo tu futuro y no lo voy a permitir. No dejaré que pierdas todo por mi culpa.

Una vez dicho, abro los ojos y me encuentro con su expresión neutra. Jamás lo había visto así, y su reacción me hace saber que entiende la complejidad del asunto, sobre todo porque me quiere, ahora ni siquiera puedo ponerlo en duda, y si la situación fuera al revés, habría tomado la misma decisión que yo. Lo veo en su mirada.

Sentimientos encontrados de alivio y tristeza empiezan a crecer con intensidad en mi interior. Alivio porque lo comprende y porque su primera reacción no ha sido dejarlo todo, pero tristeza porque ahora solo hay una solución.

El poder del deseo #1 B.P  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora