Nos encontramos en la sala de espera para abordar el avión. Tuvimos que pasar muchas horas de tráfico para llegar a Nueva Orleans, pero finalmente estamos aquí y las manos me están sudando por la expectativa y la preocupación. No puedo parar de pensar que este es mi último recurso, que si esto no funciona le habré quitado algo a alguien que me importa muchísimo, y esa no soy yo, no es lo que me mantiene en constante pelea contra el destino.
Simplemente no puedo permitirlo.
Raquel ahora está en la máquina de café y Nel está por las tiendas buscando algo de ropa porque no le pareció suficiente la poca que tomó en el internado. Yo ahora no puedo pensar mucho en que ni siquiera traje la ropa interior suficiente.
Mi cabeza es un desaste.
La espera y el aburrimiento me llevan a sacar mi celular por primera vez desde hace horas y lo primero que hago antes de conectarme al internet del aeropuerto es eliminar todas las aplicaciones de redes sociales. No quiero saber nada, no quiero leer los malos comentarios o los reclamos de personas que no tienen idea de cómo fue ni es mi vida. Aunque, los únicos mensajes que me importan más son justo los que no puedo evitar leer.
Mamá: No te quiero ver nunca más. Has tomado tus decisiones sin importarte las consecuencias que eso le traerá a tu familia. Creí que había criado a un ser mucho más consciente de que a veces se tienen que hacer sacrificios para tener una buena vida, pero ahora me doy cuenta de que solo debí esperar decepciones de ti.
Papá: Espero que sepas lo qué haces. Si necesitas dinero no dudes en decirme, pero por favor, no me llames, no quiero tener problemas con tu madre.
Sam: Gracias por arruinar mi vida y dejarme en ridículo. DE NUEVO.
Eleonor: Si necesitas algo no dudes en decirme.
Jade: Ven a casa cuando quieras.
Caelan: Por favor, llámame cuando puedas. Quiero saber si estás bien.
No, no lo estoy.
Mamá ya tiene muy en claro que dejo de ser su hija, papá me apoya, pero de una manera que me hace sentir insignificante, le he roto el corazón a Sam y Caelan no tiene ni la menor idea de que su futuro está pendiendo de un hilo por mi culpa y la única esperanza de estabilizarlo es el ex de mi tía Raquel el cual está molesto con ella.
Nada está bien.
Pero, de nuevo, me permito ser un poco egoísta porque quiero escuchar su voz así que termino llamándolo.
Todo mal, Alyssa.
—¿Hola? —su voz ronca e ilusionada me aceleran aún a kilómetros de distancia—. ¿Allen, estás bien?
—Sí —me aclaro la garganta porque no soné tan segura—. Lo estoy, solo me siento un poco cansada.
—Las últimas horas deben haberte parecido una locura.
Suspiro.
—Lo han sido. Pero... no quiero lamentarme más. Ya he pasado el tiempo suficiente haciéndolo.
—No tiene nada de malo. Si algo te duele o te incomoda... tienes el derecho a expresarlo.
—Supongo que sí —quisiera decirle mucho al respecto, pero ahora mismo no entendería mi resistencia al darle por completo la razón—. ¿Viste a Carl?
—Se estuvo escondiendo —su tono de voz se vuelve agrio, como si le molestara la sola mención de su nombre—. No entiendo cómo es qué pudo hacer algo así.
ESTÁS LEYENDO
El poder del deseo #1 B.P [✔]
RomanceAlyssa tiene una vida perfecta, padres perfectos, un novio perfecto y estudia en un internado perfecto. Todo lo que hace está planificado. Camina sobre la línea que le ha impuesto su familia y la sociedad, y está bien con ello. Se alegra de tener cl...