E p i l o g o

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C a e l a n

No recuerdo cuando fue la última vez que estuvo toda mi familia sentada en una misma mesa.

Mis padres están frente a mí con los ojos cristalizados, pero con una sonrisa que deja ver lo felices que están. Brigitte también dejó su máscara fría por hoy y Maciel... bueno, creo que está feliz por todo el cariño que está recibiendo el día de hoy.

Apenas hace unas horas fue tiempo de recogerlo a Riven, al centro de narcóticos. Mis padres fueron por él y mi hermana pequeña y yo vinimos al restaurante para reunirnos con ellos.

Una vez que vi Maciel después de tanto tiempo, las ganas de abrazarlo me invadieron como nunca antes.

Es solo tres años menor que yo y siempre fuimos muy unidos, jugábamos juntos, dormíamos juntos, hacíamos todo lo que pudiéramos juntos. Y creo que una parte de mí se siente culpable porque cuando entré al internado nos alejamos demasiado y además en esa época fue cuando él cayó en las drogas y sucedió lo de su sobredosis.

Tal vez si hubiera estado más tiempo con él, tal vez si le hubiera preguntado qué era lo que le sucedía cuando mis padres me dijeron que se estaba comportando de manera extraña... tal vez las cosas habrían sido diferentes, no lo hubiera encontrado en su habitación, desmayado y con una jeringa en su brazo.

Me siento mejor en la silla y sacudo la cabeza, alejando esas ideas.

El pasado es solo eso y por más que quiera ya no puedo volver.

—¿Quieren algo más? —pregunta mamá—. ¿Se quedaron con hambre?

—Yo me llevo esto a casa —Bri se estira sobre la mesa y toma panes para luego enrollarlos en una servilleta—. Ya que son gratis.

Yo me cubro la cara, avergonzado.

Esta niña no tiene remedio.

—Yo estoy bien —dice Maciel, divertido por nuestra hermana—. He comido demasiado.

Mamá me mira con una ceja alzada y yo niego lentamente con la cabeza.

—Estoy bien.

Pero no se lo cree.

Me mira con cansancio ahora.

—Llámala.

Me hago el loco.

—¿A quién te refieres?

—A tu abuela —ironiza—. Alyssa. ¿Quién más?

Mi corazón da un brinco cuando menciona su nombre, pero me mantengo lo más impasible que puedo. No quiero actuar como bobo enamorado enfrente de mi familia. Sé que no pararán de molestarme con ello.

—Ahora que lo mencionas tal vez debería de hablar con la abuela.

—Caelan...

Suspiro.

—Dijo que estaba cansada, mamá. No la voy a molestar.

—Todo ha sido muy raro últimamente, ¿no? —menciona papá—. Espero que te diga lo que sucede.

—¿Alyssa es la chica con la que tenías algo en el internado? —pregunta Maciel.

—Ahora es su novia —responde Bri con la boca llena.

Mi hermano casi se ahoga con su agua.

—¿Tienes novia?

Asiento solemnemente.

Allen es más para mí, pero aún no hay una palabra que lo defina.

—Así es.

Él amplía su sonrisa, tomándome por sorpresa. Parece genuinamente feliz de que yo lo esté.

El poder del deseo #1 B.P  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora