Q u i n c e

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—No puedo creerlo —dice Nel, impresionada.

—Lo juro —le asegura Candy—. Luego estuvo por todos lados en internet. Tuvimos que demandarla.

Estamos las cuatro en la sala hablando de cosas aleatorias, como el tema de que a Candy le tomaron unas fotos midiéndose ropa en el centro comercial. Fue una chica que no tenía nada mejor que hacer con su vida. Al final obtuvo terribles consecuencias, pero debió saber que hacer algo así es ilegal, obviamente.

La casa de Caelan ya se ha llenado demasiado aunque no a un punto asfixiante o que nos impida movernos, simplemente hay mucha gente divirtiéndose y ya empieza a oler a cosas extrañas. Nosotros también hemos bailado, bebido, cantado, hemos estado divirtiéndonos y ya es media noche sin siquiera darme cuenta, y es que cuando estoy con mis amigas y con gente importante para mí el tiempo se me pasa volando.

Siempre ha sido así.

Caelan y Denzel por fin están adentro del departamento y vienen caminado hacia nosotras.

Acompañó a Denzel a fumar.

Me muerdo el labio inferior cuando se para frente a mí y luego se sienta con cuidado a mi lado.

Al parecer el alcohol no solo lo calienta a él.

—Hola —me dice, sonriendo arrogantemente porque sabe bien el efecto que causa en mí—. ¿Cómo te la estás pasando?

—Bien —hago un puchero y me echo para atrás en el sillón—. Aunque podría estar pasándomela mejor.

—¿Y qué se te ocurre?

—Mm... —finjo pensar—. No lo sé... ¿qué tal estar encima de ti?

Se ríe, disfrutando de mi poco filtro al decirle lo que quiero.

—La verdad es que es una buena idea.

Cuando estoy a punto de proponerle que vayamos a su habitación, Jade se pone de pie haciendo que todos la miremos.

—¿Me acompañas al baño, Aly? —miro su mano extendida hacia mí y de inmediato la tomo.

Es obvio que quiere hablar conmigo.

Caminamos juntas hacia el baño y esperamos pacientemente a que salga una chica para entrar. Jade se mira en el espejo mientras yo me mantengo pegada a la puerta, observándola también.

—No vas a terminar con Sam, ¿cierto?

—Tú lo entiendes, Jade.

Suspira y se gira hacia mí.

—Será un desastre si lo haces.

—Por supuesto.

—Pero si no lo haces y ellos se enteran será mucho peor. Tus padres son capaces de enviarte al otro lado del mundo solo para que no hablen de ellos.

—Por eso no se enterarán.

—¿No has visto películas de crímenes jamás? Los secretos siempre se descubren.

—Este no.

—Escucha, no te juzgo y no quiero comportarme como Nel porque con ella ya tienes suficiente, pero... tienes que ser muy cuidadosa si no quieres decir nada sobre esto porque si te descuidas un poco, Aly, no tendrás más remedio que cargar con la mierda.

Asiento y la atraigo hacia mí para abrazarla.

Sé que tiene razón. Sé que ella y Nel tienen muchos motivos para preocuparse por lo que está pasando, pero no estoy dispuesta a preocuparme y menos esta noche. Hoy solo quiero ser una adolescente cualquiera que quiere tener mucho sexo con un chico. Nada de miedo, nada de dudas, nada de preocupaciones. Solo quiero ser yo.

El poder del deseo #1 B.P  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora