Una mansión enorme, un coche con puertas que abren hacia arriba, una matrícula en la universidad más cara del país. Ropa, calzado y joyería de diseñador, incluso su rostro lucía costoso.
¿Todo para qué?
Su vida y destino estaban escritos sobre papel desde el día en que nació, o más bien, desde el día que fue concebido. Ni una sola decisión sobre su vida, sería tomada por él.
Nacido en una familia de médicos, te formarás como uno y servirás como tal.
Esas habían sido las palabras de su padre para él, cuando tenía sólo diez años.
— Odio aquí, Jeno. —Puchereó hacía su mejor amigo.
— Chenle, sólo nos falta epidemiología, fuerza. —Palmeó el hombro del menor para darle ánimos.
Jeno sabía la situación en la que se encontraba su mejor amigo, quien era obligado a estudiar una carrera que no quería. Y Chenle sabía lo mucho que Jeno deseaba ser médico, sabía lo mucho que quería salvar vidas, una en específico.
Chenle sólo esperaba que, con el tiempo, todo cambiara para él. Y que el tiempo fuera amable con Jeno, para poder salvar a su persona más importante.
— Chenle. —Lo llamó.
— Dime. —Respondió mientras terminaba de guardar sus libros.
— Mi novio te invitó a cenar, quiere conocerte. —Informó con una sonrisa.
— Eso es muy dulce, Jeno. —sonrió— Pero, ¿no voy a ser la tercera rueda?
— ¿De qué hablas? —Levantó una ceja en confusión.
— Sabes de qué hablo. —tomó su portafolio— Tú y tu novio, juntos, yo en el otro extremo.
Cuando Jeno entendió a lo que se refería el rubio, sólo pudo reír.
— Chenle, el mejor amigo de Jaemin va a estar ahí también. —Aclaró divertido.
— Y eso a mí me beneficia en…
— Tendrás con quien hablar. —dijo lo obvio, caminando hacia el estacionamiento— Jisung la ha tenido difícil, le vendría bien hablar con un payaso como tú.
— También la he tenido difícil, Jeno. —Soltó con tristeza.
— Con más razón te hará bien hablar con alguien más que no sea yo. —revolvió los cabellos del menor— Además vamos a comer lasagna.
— ¿A qué hora me dijiste que debo estar allí? —Preguntó relamiéndose los labios.
— A las siete en punto, tragón.
— Nadie en su sano juicio se negaría a un plato de lasagna, Jeno. —rio tomando sus llaves para abrir su auto— Vamos, te llevaré a casa.
Condujo varias calles hasta topar con aquel edificio pintado de color crema, donde vivían su mejor amigo y la pareja de éste, a quien venía queriendo conocer desde que Jeno le contó que tenía novio.
Pero las cosas no se habían prestado a su favor, hasta ese día.
— Voy a cenar lasagna, Daegal. —bailó con su perrita en brazos, que lo observaba curiosa— No me mires así, hace un tiempo no como fuera de esta casa.
Bajó a la cachorra y se lanzó hasta su cama, sentándose al centro de ésta.
— También voy a conocer al novio de Jeno, ¿puedes creerlo? —la cachorra giró sobre su propio eje— Lo sé, de locos, llevo queriendo conocerlo hace mucho.
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De palabras y versos | nct dream
FanfictionPara todos aquellos que saborean la tristeza por primera vez. Para quienes se sienten solos rodeados de una multitud. Para los que sufren su primer pérdida. Para aquellos que dicen haberlo perdido todo. Para quienes por primera ocasión vomitan e...