Sabía que continuar a pesar de su pérdida sería difícil, pero pensar en Mark a cada segundo y seguirlo llamando por las tardes sólo para colgar después de recordar que nadie contestaría el teléfono, era jodido.
Habían pasado dos semanas desde la muerte de Mark, y una semana desde que su universidad le entregó su certificado de estudios en veterinaria.
Estaba tan orgulloso de sí mismo. ¿Mark se sentiría de la misma manera de seguir con él?
El timbre de su teléfono lo hizo salir de su ensoñación.
— ¿Lucas? —Sonrió como si el otro pudiera verlo.
— Heeey! —saludó con voz alegre, Haechan tuvo que alejar la bocina de su oído— Harán una gran fiesta en casa de Johnny, habrá alcohol, sexo, botanas, sexo, chicas y chicos lindos, sexo, música buena, ¿ya mencioné que habrá sexo?
— Te escuchas como si nunca hubieras cogido en tu vida. —Se carcajeó.
— Ya, era broma. —rio— Sabes que necesito vínculos emocionales para poder hacer esa clase de cosas.
— Sí, lo sé bien.
— Entonces, ¿irás? —Un claxon se escuchó a través de la línea.
— No lo sé, Lucas… —titubeó— Sabes que la he tenido difícil estos días y estoy realmente cansado.
— Por eso mismo te estoy diciendo que vayas. —mencionó con seriedad— Vamos, Hyuck, amas las fiestas.
— Mmm.
— Si no vas yo tampoco voy. —Aseguró a través de la línea.
Con eso bastó para convencer al moreno.
Se acababa de graduar de una carrera que lo hizo arrancarse los cabellos del estrés en numerosas ocasiones, que lo hizo llorar sólo de pensar en lo que haría si perdía a algún animal, y que le quitó sus preciosas horas de sueño rejuvenecedor, todo eso durante cuatro largos años.
Ameritaba una buena celebración.
— ¿A qué hora es la fiesta? —Cuestionó escuchando al otro celebrar con un ¡yes!
— A las ocho, pero puedes llegar un poco antes si quieres. —Respondió.
— ¿A qué hora llegarás tú? —preguntó mordiéndose las uñas— No tengo ganas de socializar con extraños mientras te espero.
El mayor soltó una ruidosa carcajada.
— Estaré a las ocho en punto. —Aseguró.
— Entonces llegaré unos minutos después de las ocho.
— Gracias, man! —festejó— Nos vemos en la noche.
— Nos vemos, bye.
Y colgó.
Observó la hora en la pantalla de su celular, eran apenas las cinco de la tarde.
Bufó sentándose sobre el amplio sillón de la sala y suspiró al encontrarse tan solo, así que decidió caminar hasta la ventana y observó durante un par de minutos a la gente ir y venir. Se cuestionó si quizás alguno de ellos, al igual que él, se encontraba extrañando con todas sus fuerzas a quien habían perdido sin haberle tenido siquiera.
Un abrazo de sus padres haría todo menos difícil, pero ninguno de ellos había conseguido el permiso en sus trabajos para poder pasar dos semanas con él, pues según el par de adultos, el duelo es más sencillo teniendo compañía. Tenía los mejores padres, definitivamente.
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De palabras y versos | nct dream
Hayran KurguPara todos aquellos que saborean la tristeza por primera vez. Para quienes se sienten solos rodeados de una multitud. Para los que sufren su primer pérdida. Para aquellos que dicen haberlo perdido todo. Para quienes por primera ocasión vomitan e...