Estuvimos comiendo tranquilamente sin que nadie nos interrumpiera en el que pudimos hablar de muchas cosas.
Terminamos discutiendo un poco por el motivo en que él quería pagar todo y yo como no me negué, pero aun así termino ganando él.
Cuando salimos de este precioso sitio sentí ese sentimiento de no irme, admitía que no me quería ir me quería quedar más tiempo porque por lo menos podía estar con Tayler sin tener que esconderme de nadie.
Me abre educadamente la puerta del coche, entro esperando a que el entre también.
-Tayler prefiero que me lleves ya con él abogado luego si quieres podemos ir a más sitios - prefería hacer esto lo antes posible, no me gustaría dejarlo pasar más tiempo podría pasar cualquier imprevisto.
-Como tu quieras Alana sé que es importante para ti - con eso arranca el coche conduciendo.
En el viaje que nos tuvimos que pegar hasta llegar a la consulta del abogado estuve pensando en lo que será de mi vida una vez que me divorcié de Justin.
Por más duro que sea para él lo tendrá que aceptar, sé que una vez que me separe de él podre disfrutar un poco de la vida.
Me refiero a que podre ser más yo, me duele admitirlo, pero Justin me prohibió hacer lo que más me gusta, dedicarme a pintar, montar mi propio estudio de arte.
También no pude hacer todos estos años los viajes que tenía en mi lista de deseos, países bonitos que me gustaría visitar para aprender más de su preciosa cultura.
-¿En qué tanto piensas? - la voz de Tayler hace que salga de mis pensamientos cuando lo miro.
-No en nada importante - hago una mueca.
Siento como detiene el coche supongo que ya habíamos llegado.
-Venga Alana suéltalo sé que estás pensando en algo - me mira detenidamente. - ¿Estas dudando en divorciarte? - cuando lo escucho decir lo último rápido niego con la cabeza acercándome más a él.
-No Tayler no digas eso, estoy muy segura de querer divorciarme, solo... - hago una pausa recordando en lo que pensé. - Pensaba en que será de mi vida una vez que no esté Justin a mi lado, seré libre en todos los aspectos - le sonrió porque en el fondo me pongo feliz de tan solo pensarlo.
-Bueno libre, libre... - sonríe picarón. - Espero estar yo en tu vida y que no este otro hombre Alana... - sonrió como boba llevando una de mis manos a su mejilla acariciándole.
-Eres un amor Tayler puedes quedarte tranquilo en tan poco tiempo conseguiste que me muera por tus huesos - sonríe acercándose terminando con el poco espacio que quedaba para después juntar nuestros labios.
Le sigo el beso sin pensármelo profundizándolo más uniendo nuestras lenguas.
Pero que hombre dios mío en solo un segundo me tenía loca por sus malditos huesos, en solo un segundo me tenía embelesada queriendo más de él.
Por un momento se me olvida donde nos encontramos cuando el ambiente comienza a cargarse.
Tayler me coge por la cintura alzándome para terminar encima de él acomodándome en sus piernas con él poco espacio que teníamos.
Sus besos se deslizan por mi barbilla hasta mi cuello haciendo que le deje espacio ladeando el cuello.
De nuevo estaba con esas ganas de querer quemarme con él, de saltarme las normas sabiendo que todavía estaba casada con su hermano.
Me sobresalto cuando un golpe en su ventana se hace presente, Tayler también se asusta cuando se separa un poco mirando la ventana sin esperárselo.
Al instante siento mis mejillas arder cuando veo que es una anciana dando con su bastón a la ventana de nuevo.