Los gritos de Justin solo se escuchaban cada vez más de cerca cuando abrí la puerta saliendo con Rosalía comenzando a caminar por el caminito para salir de la casa.
-¡ALANA! - sus gritos no dejaban de sonar, a este paso me entraría dolor de cabeza por su culpa antes de salir de este sitio.
-¡NO! - me detengo por un segundo quitándome su agarre de encima. - No me vuelvas a tocar con esas manos, como te atrevas a impedirme irme vamos a llegar a algo peor - le amenazo levantando mi dedo diciéndolo más seria de lo normal, esta vez no me temblaría ni la voz.
Veo de reojo como Rosalía estaba llamando a un taxi, se lo agradecía lo que fuera para estar lo más lejos posible de este sitio.
-Esto no se va a quedar así quiero saber quién te empujo a que vieras un abogado porque está claro que fuiste - agita la carpeta levantando sus dos cejas desafiándome con su mirada.
-¡QUIEN MAS DA QUIEN SEA ESA PERSONA! ¡NO TE LO PIENSO DECIR PARA QUE LO ARREGLES TODO A GOLPES COMO SUELES HACER! - le grito cabreada recordando la pelea que tuvo con su hermano en Italia.
-Alana el taxi ya no tarda en llegar - Rosalía habla recibiendo la atención de Justin.
-¿Estás contenta con esto verdad? - abro mi boca sorprendida al ver como rebota su ira contra ella sin tener Rosalía la culpa de nada.
-Tú mismo estas decidiendo tu destino no yo, no intentes cargar tu ira y tu culpa con los demás - le contesta Rosalía muy firme dejándole en claro con quien estaba en esto.
El taxi llega y no esperamos más caminamos hasta el viendo como el taxista salía al vernos con las maletas para abrir el maletero y meterlas.
-Mi abogado se pondrá en contacto contigo pronto nos tendremos que ver las caras de nuevo - me dice Justin con tono amenazante pero como dije antes me daba absolutamente igual, sus palabras ya no producían nada en mí.
-Si es lo que quieres por mi bien, no te preocupes que mi abogado también se pondrá en contacto contigo - le digo con la cabeza bien alta entrando en la parte de atrás del coche cuando Rosalía se había montado en la parte de delante.
-Tranquila Alana estuviste muy bien en cada momento estoy orgullosa de ti - me sonríe dándose la vuelta para poder mirarme.
La sonrió extendiendo mi mano cuando ella extiende el suyo dándome un ligero apretón, Rosalía era como mi madre así que su apoyo me daba muchas más fuerzas para enfrentarme a lo que fuera.
Recuerdo la tarjeta que me dio el abogado de Italia cuando fui con Tayler, rápido saco de mi pequeño bolso mi monedero en busca de su tarjeta.
Saco la tarjeta cuando la encuentro comenzando a marcar los números que ponían, rápido los tonos comienzan a sonar cuando me lo llevo a la oreja.
-Hola soy Alana, ¿te acuerdas de mí? - le pregunto cuando coje la llamada.
-Alana que bueno escucharte de nuevo, ¿dime que desea? - me giro mirando por el cristal de atrás viendo a Justin con su semblante serio mirando al taxi como se iba alejando.
Solo con ver su cara y recordar su forma de comportarse me da más fuerzas y motivos para continuar con esto.
-Veras mi marido quiere ir por las malas con el tema del divorcio... - intentando explicarme sin dar tampoco muchos detalles solo por el simple hecho de que él taxista escuchada todo y no quiero que escuche algún dato importante, no me fiaba sinceramente.
-¿Le diste los papeles? - me pregunta escuchando una silla echarse hacía atrás a través de la llamada, supongo que estaba en su despacho.
-Si claro que se los di, pero sabía que no se lo tomaría nada bien y quiere ir por las malas - yo siempre quiero hacer las cosas bien y si se pueden evitar los malos momentos mejor, pero con Justin las cosas no podrían ser así.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada Del Multimillonario
Roman d'amourUn matrimonio en que nada es lo que parece 🔥