Después de tener mi propio estudio para exponer los cuadros Tayler me insistió en ir a comer los dos solos para luego poder ir al cine o cualquier sitio, pero el caso era estar los dos solos.
Llame a Rosalía para decirle que no iríamos a comer, ella me entendió me dijo que tuviéramos cuidado y no lo pasáramos bien.
Elegí yo el restaurante donde había unas mesas libres aun aprovechamos para sentarnos cuando nos dejaron uno de los mejores vinos de la zona.
-Veo que aquí también tienen buen gusto para el vino - me dice Tayler apreciando el vino saboreándolo cuando bebía de su copa.
-Claro que si solo hay que saber apreciarlo tienen buenas cosechas como en todo - le guiño un ojo viendo una sonrisa, me encantaba este hombre.
Uno de los meseros que estaba atendiendo las mesas se acerca, le digo lo que quiero solo elijo un plato y de segundo él postre, Tayler se coje algo sencillo pero saludable.
No tardan mucho en traer nuestros platos, comemos mientras hablábamos eso es lo bueno que tenía con Tayler que podía hablar con él de un montón de cosas sin tener que salir discutiendo o que él se enfadara porque yo no estuviera de acuerdo con algo.
-Tayler... - le digo después de un rato de haber salido del restaurante y nos estábamos dirigiendo a un parque donde vendían helados en una pequeña heladería.
-¿Qué pasa? - frunce su ceño al ver mi gesto.
Me doy media vuelta mirando a toda la gente que estaba paseando tranquilamente con su familia, amigos y novios.
-No sé... a lo mejor me estoy volviendo loca, pero... - niego con mi cabeza confusa.
-Dime, ¿pasa algo? - insiste Tayler.
-Presiento como si alguien nos estuviera siguiendo... - lo suelto de una vez.
Desde que salimos del restaurante caminando para venir hasta este parque grande sentía como si alguien nos estuviera persiguiendo a cada paso que dábamos, no podría decir la persona porque hay tanta gente aquí que es imposible acusar a alguien.
Era la primera vez que sentía una sensación así y no me gustaba nada.
-Tranquila... - se acerca Tayler hasta mi colocando su brazo por encima de mis hombros. - Estoy seguro que los nervios del divorcio te hacen pensar cosas que no son - me dice tranquilo.
-No sé, pero nunca había sentido esta sensación me siento observada - levanto mi mirada para poder ver sus ojos.
-Podemos ir al cine si quieres sabes que ese es un lugar un poco más privado - alza ambas cejas a la vez provocando una sonrisa de mi parte.
-Está bien como quieras contigo me voy al fin del mundo si hace falta - toco su barbilla con mis dedos acercándolo más a mi para darle un beso pequeño.
Caminamos con nuestras manos unidas sin importarnos que el cine estuviera algo lejos, al final terminamos llegando y pudimos pagar las entradas con las palomitas para ver una película de acción.
Me sentía muy bien a su lado, se me pasaba el tiempo super rápido cuando se trataba de pasarlo con él no dejábamos de besarnos en cada rincón.
Cada vez estaba más pillada por Tayler en cada momento que me besaba sentía las mariposas en mi estomago cada vez más grandes.
Intentaba dejar a un lado la sensación de antes, pero me di cuenta que dentro del cine esperando en la cola para entrar a la sala había un hombre con un sombrero que nos quitaba la mirada cada vez que Tayler y yo nos susurrábamos cosas en nuestros oídos y nos dábamos muestra de cariño.