Las puertas se vuelven a abrir haciendo que me diera rápidamente la vuelta viendo que salía un Justin cabreado y detrás su secretaria correteando intentando alcanzarle, les doy la espalda rápidamente para que no me vieran escuchando cada vez más cerca sus voces.
Hago que estoy leyendo los carteles que había puestos en un corcho escuchando a la secretaria quejarse.
-Justin detente no puedo más con estos tacones - consigue llegar hasta él cogiendo su brazo, pero él rápidamente la aparta.
Si es verdad que dentro de unos cuantos meses se iban a casar ese matrimonio estaba destinado a fracasar de seguro, no había respeto ni de uno ni del otro, no se sentía cariño solo frialdad sobre todo por parte de mi hermano.
-Ahora no - es lo único que dice mi hermano.
-¿Qué te pasa ahora? - no soportaba la voz de esta mujer.
-Ya se acabó todo no soy más el marido de Alana - me acerco disimuladamente un poco más para escuchar mejor.
-¿Eso no es lo que querías? - le pregunta ella con cierta rabia en su voz tal vez sintiendo celos por Alana.
-No me quedo más remedio como viste no tenía salida alguna y lo peor de todo que no se con quien se está revolcando todas las noches - suelta con veneno Justin.
Pues como le parece que con el que se está revolcando como dice él le tiene a solo unos pasos.
-¿Y qué importa eso? No te tiene que importar nada lo haga esa zorra te recuerdo que fuiste tu quien me pidió matrimonio así que yo seré tu nueva mujer olvídate de ella Justin lo digo muy enserio - lo decía bastante seria.
Ladeo mi cabeza de nuevo hacía las puertas donde estuvieron encerrados por bastante tiempo al escuchar unos tacones chocar contra el suelo viendo que se trataba de Alana que salía con su abogado y Rosalía a su lado.
Sonrió sin poder evitarlo al verla sonreír mientras hablaba, esa sonrisa solo significaba una cosa y es que se había quitado del medio a Justin, lo que estaban hablando su secretaria y él era verdad.
Ya no aguantaba más así que me dirijo a ella sin importarme si mi hermano me veía besándola, esto se había acabado y me daba igual lo que pudiera llegar a pensar de mí.
Alana se da cuenta cuando me dirijo a ella poniendo una cara entre sorpresa porque me esté dejando ver y una felicidad que no la cabía en el cuerpo.
-Justin está detrás de ti estás loco - me dice ella cuando se separa de su abogado para poder hablarme.
-No me importa quiero que todo el mundo sepa quién es mi chica porque ahora oficialmente estamos juntos, ¿o me equivoco? - ella sonríe aún más acariciando mi mejilla.
-Oficialmente soy tu chica - me confirma alegrando un poco más mi corazón.
Amaba a esta mujer no había nadie más en mi corazón solo ella, me había enamorado era completamente perfecta.
La levanto al aire dándola una vuelta para después unir mis labios con los de ella en un profundo beso, sus labios eran mi perdición nunca me cansaría de probarlos.
Nos separamos después de unos segundos a causa de una voz bastante conocida.
-¡Tayler! - me doy la vuelta cuando escucho la voz de mi hermano.
Aquí venia...
-Hola hermano - no suelto a Alana paso mi brazo por su cintura pegándola contra mi cuerpo dejándola un beso en su pelo para mirar a mi hermano.
-¿Qué demonios está pasando? - nos mira a ambos claramente sorprendido por vernos tan pegados.
-Parece que llego la hora en que lo supieras - iba a decírselo, por ser mi hermano quería decírselo con calma siendo por así decirlo un poco delicado.