Capítulo 20

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La mañana era calma y fría

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La mañana era calma y fría. Los árboles en el exterior se movían a causa de las brisas del viento, el cielo estaba un poco nublado, pero dejaba que algunos rayos del sol les diera la luz necesaria y que no estuvieran completamente congelados.

Hace mucho tiempo que YoonGi no sentía una sensación como esa. Tranquilidad, paz y calma. Podía percibir el frío en el ambiente, pero su habitación se encontraba cálida. La luz del exterior era cubierta por las cortinas con pequeños espacios por donde figuraban los rayos. Su cuerpo estaba pesado y adolorido, el solo hecho de girar la cabeza le parecía infernal. Pero se obligó a hacerlo.

Sus ojos captaron el precioso rostro del omega dormido pacíficamente. Sus pies se tocaban por debajo de las sábanas, y su cuerpo estaba abrazado a su brazo izquierdo. Eso era. Era él. Él era la calidez y calma que sentía al despertar, sus cuerpos juntos y su respiración rozando su cuello.

Era casa. Esa era su casa, era lo que quería ver cada mañana y cada noche antes de dormir. Por el resto de su vida.

Se exigió a sí mismo a mantenerse inmóvil, solo admirando el rostro sereno del contrario, hasta que sus pequeños ojos comenzaron a removerse y parpadear lentamente.

-Buenos días, Minnie. -Murmuró, con su voz ronca, tan típica al despertar.

-Uh, buenos días, hyung. -Poco a poco, el rubio comenzó a despabilar, sintiendo los recuerdos de la noche anterior regresar.

Se había confesado...lo había hecho, y YoonGi lo había besado.

-Hasta que por fin haces algo inteligente.

Park gruñó en su interior, frunciendo su entre cejo ante las palabras de su lobo que claramente iba a contestar. Si no fuera porque su mejilla fue besada de manera improvista.

-No te enojes tan temprano, -susurró Min, -debemos ir a desayunar. -Sí, no es necesario aclarar que Jimin era un tomate en esos momentos.

Lo cierto es que, según Jimin había entendido, ellos...¿comenzarían a salir? Su hyung era muy complicado con las palabras, pero sabía que aquella simple frase, "ir lento", tenía mucho más significado de lo que aparentaba. Y claro que lo enfrentaría más tarde para que le explicara a detalles. Cuando la valentía le acompañe de nuevo.

Se levantaron con cuidado de la cama, especialmente Min, que sentía cada maldita vertebra, hueso y músculo de su cuerpo doler, percatándose de su mano vendada, probablemente por el vaso que rompió el día anterior. Maldijo mentalmente a MinGi, pero suspiró, intentando no hacer enojar a su lobo de alguna forma.

-¿Quiere ayuda, hyung? ¿No prefiere quedarse y que le traiga el desayuno?

-No quiero seguir siendo una carga. -El pelinegro bufó, no hace mucho se había recuperado de su transformación, y ahora estaba de vuelta en cama por culpa de los impulsos de su lobo.

Virus Omega [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora