Capítulo 5

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Sus pasos iban sincronizados y sus manos rozándose de vez en cuando mientras caminaban, aparentaban no prestarle atención a los pequeños detalles

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Sus pasos iban sincronizados y sus manos rozándose de vez en cuando mientras caminaban, aparentaban no prestarle atención a los pequeños detalles. El peli-lila prefería hacerse el asombrado con las cosas que aparecían a su alrededor sacándole varias sonrisas al mayor quien estaba feliz de ver a Jimin de esa manera. Esta vez se encontraban en el centro comercial juntos para comprar, Min decidió que era hora de comprarle ropa al menor, toda la que necesitara. Luego vendrían por más pero quería comprarle una buena cantidad y cosas que necesitara para su día a día.

-¡Hyung! ¿Podemos entrar ahí? -Pregunta señalando una tienda que, juzgando por la vidriera, vendían ropa fina y delicada. Recordaba que Jimin tenía un particular gusto por aquel tipo de ropa, se lo veía elegante y a él le encantaba, asique asintió sin pensarlo dos veces, viéndolo ingresar como un niño pequeño a una dulcería lo siguió con una sonrisa cargada de cariño.

Park estuvo viendo las ropas con fascinación recibiendo la ayuda de una muchacha para buscar todo lo que necesitara, luego de minutos se acercó al probador con unas remeras, pantalones y un par de zapatos. Muchas de las remeras se veían transparentes, otras de seda y así una gran variedad. Los pantalones podían ser sueltos y otros de jeans ajustados, todos negros. Y los pares de zapatos eran color salmón. Sabía que en esa tarde no se aburriría para nada.

El omega le desfiló varias veces, divirtiéndose, recibiendo todos halagos por cómo combinaba la ropa y por lo bien que quedaba. Parecía que cualquier cosa podría quedarle bien. Cuando terminaron en aquella tienda ingresaron en una urbana, otra más casual y finalmente, Jimin se había quedado parado en medio de la galería confundiendo al pelinegro quien alzó una ceja siguiendo con la mirada hacia donde tenía la vista clavada.

A pocos metros se alzaba un hermoso local de ropas parecidas al primero y otras casuales, sólo que había algo claro en ese y era el hecho de que era "sólo para chicas".

-¿Quieres entrar ahí? -Pregunta, obteniendo una mirada y una negación.

-No, nos miraran raro. -El peli-lila iba a darse la media vuelta para marcharse en busca de otro lugar o simplemente dejar las compras hasta ahí. Pero YoonGi sostuvo su muñeca, frenándolo.

-Vamos Minnie, si quieres hablo yo por ti, si quieres tampoco te pruebes la ropa pero sé que quieres entrar, no te dejes frenar por un simple estereotipo de género. -El menor lo dudó observando la vidriera con deseo, porque ¡realmente habían hermosos suéteres! El que más le había llamado la atención fue el bello violeta con rayas lilas. Quería tenerlo y oh, camisas igual.

-Está bien, hyung. -No se contuvo y ambos ingresaron al lugar siendo atendidos por otra muchacha de quién sabe cuántos años. Los saludó con una sonrisa y preguntó amablemente qué buscaban. -E-El suéter de la vidriera. -Lo señaló y la joven se lo enseñó con gusto. En toda su estadía dentro de la tienda no fueron tratados mal, sólo una mirada de repugnancia de una señora bastante mayor, y YoonGi estaba apunto de hablarle para que los dejara en paz pero Jimin lo detuvo para que no empezara una pelea con quien no valía la pena si no entendería.

Virus Omega [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora