Capítulo 22

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Es un día posterior al de la lluvia en el cual deciden ponerse manos a la obra

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Es un día posterior al de la lluvia en el cual deciden ponerse manos a la obra.

El sol les acompañaba y debían aprovecharlo, las plantas comenzaban a secarse tal como la tierra mojada. No eran más de las diez de la mañana cuando todos los omegas estaban ya despiertos, caminando de un lado al otro dentro de la cabaña, empacando cosas en cajas y en sus valijas.

SeokJin y YoonGi apenas llegaban recientemente de un viaje al pueblo, en la camioneta de Kim, traían varios amoblados que los obreros no tenían responsabilidad en colocar.

Se estaban mudando. La nueva cabaña estaba perfectamente equipada. Era de dos pisos y ocupaba un gran terreno un poco más alejada de la cabaña de los Min, un poco oculta entre los árboles por seguridad. Contaba con tres baños, uno en la planta baja y dos en la superior. Una espaciosa sala, una cocina mediana, pero un gran comedor aparte con tres mesas alargadas. El segundo piso era dividido en cuatro secciones, uno para omegas hombres, otro para omegas mujeres, y betas. Todos tenían diez literas, con capacidad de resguardar a 80 omegas y betas en total. 

Tal como se describe, era una cabaña muy grande, no había espacio que fuera desperdiciado, lo necesitaban, era esencial que el refugio de omegas fuera tal. Podían traer betas o alfas si corrían peligro, pero los omegas eran más y el espacio era mayormente para ellos. Era su lugar seguro.

—¿Qué trajeron? —Pregunta Jimin, dejando momentáneamente la caja que llevaba en sus manos en el césped, acercándose a la camioneta del científico que traía unas cuantas cajas enormes.

—Un televisor para la sala, sofás y un par de muebles. De la gran mayoría de cosas ya se había encargado HoSeok. —Comenta Min, comenzando a bajar las cosas del auto entre ellos para comenzar a adentrarlas.

Todo era una gran removida, los omegas se mudaban a sus habitaciones, armaban muebles, y otros habían ido a hacer las compras para que las alacenas no estuvieran vacías. Era una muy buena noticia para todos, finalmente podrían traer a más personas y no estar tan ensimismados como antes.

—Ahora que la cabaña está terminada, iré uno de estos días en busca de más omegas. Hobi ha podido contactar con varios, serán al rededor de quince, quizás veinte. Como sea, estoy seguro de que aún faltará espacio, habrá que pensar qué hacer. —Murmura Jin, mientras terminan de acomodar los sofás y la pequeña mesa en la sala. —Sé que no podremos salvar a todos en el mundo, lamentablemente, pero haremos lo que esté a nuestro alcance. Les daremos un hogar a los omegas que hayan sido llevados a hospitales para examinar y se hayan quedado sin casa, sin forma de regresar o escapar.

—Haremos todo lo que esté a nuestro alcance. —Asintió un positivo pelinegro. —Por eso no te preocupes, Jiminnie.

—Confío en que podremos. 

Gran parte de la mañana se tomó para acomodar la nueva cabaña, no debían de llevar muchas cosas ya que los omegas no tenían gran cantidad de pertenencias, pero estaban felices de que ahora podrían ir a comprar al pueblo por más. Lo más pesado eran armar muebles, conectar el televisor, y poner las previsiones en sus lugares.

Virus Omega [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora