Capítulo 31

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En un silencio casi abismal, el omega fue despertando lentamente aquella mañana

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En un silencio casi abismal, el omega fue despertando lentamente aquella mañana. Refunfuñando al ver el otro lado de la cama vacío, se puso sus pantuflas que abrigaban cómodamente sus pies y se estiró con pereza, soltando un gran bostezo. Agradece que su cuerpo ya haya dejado de doler desde hace algunos días y que las heridas hayan ido sanando poco a poco.

Algo llama su atención en la gran ventana de cortinas abiertas y decide acercarse, solo para percatarse de que todo el sitio estaba cubierto de blanco. Estaba nevando. Pequeños copos caían lento y con delicadeza, el volumen no era mucho pero sí lo suficiente para cubrir la gran mayoría del césped y teñir los techos de la cabaña.

Jimin no espera un segundo más antes de buscar las ropas más abrigadas que tiene en su armario junto con unas botas y campera, está completamente decidido a salir afuera.

Y nadie lo detiene.

Apenas pisa la nieve bajo sus zapatos, una instantánea sonrisa se dibuja en su rostro, intentando agarrar de los pequeños copos con sus manos cubiertas en unos guantes. Parecía un niño, un niño que por primera vez ve nieve en su vida. Lo que en realidad, él no sabe cuándo fue la ultima vez que pudo ver una nevada y disfrutar de esta. Quiere tirarse en el suelo pero por su salud decide no hacerlo, en cambio, prefiere comenzar a construir un muñeco de nieve. Amaría poder hacerlo con su hyung.

—Oye Jiminnie, —la voz de SeokJin lo llama desde el interior de la casa, —no creo que puedas hacer mucho, no hay mucha nieve todavía. Debes desayunar algo.

—¡Pero hyung!

—Ven aquí, estamos en invierno cerca de las montañas, no va a ser el único día que haya nieve. —Park protesta por lo bajo, simplemente derrotado decide volver a ingresar a la cabaña, encontrando a HoSeok y a NamJoon en la sala mientras Jin lo espera en la cocina con un chocolate caliente ya preparado. —Eres un niño.

—Claro que no, pero no recuerdo hace cuánto que no veo nieve, hyung, quería jugar un rato. —Bufa, tomando la taza que le es tendida y agradeciendo por su preocupación de todas formas.

—Faltan dos días para el cumpleaños de YoonGi, Minnie, vamos a ir a comprar sus regalos, ¿recuerdas?

—Oh, es cierto, —entonces cae en ese momento, —hay que ir al pueblo.

—Es bueno que te hayas vestido rápido al menos, termina eso e iremos nosotros dos. 

Kim no debe repetirlo dos veces y en un par de minutos más, el omega ya estaba completamente listo para salir. Se despidieron de sus amigos antes de subir a la camioneta del científico dispuestos al viaje al pueblo más cercano cual solían ir siempre. Park ríe cuando el mayor pone un CD de canciones de Ariana Grande, había olvidado que tenían ese particular gusto en común.

—Deja de reírte, mocoso, y canta. Encima que voy a gastar de mi dinero para que le compres regalos a tu noviecito.

—Es cierto, muchas gracias por esto Jin hyung, puedo cocinar para ti si quieres como agradecimiento. —El castaño ríe, negando levemente mientras salen del terreno de los Min para entrar en la ruta. —Oye hyung, siempre me he preguntado, ¿cómo llegaste a trabajar en el Área 51? ¿Qué hacías antes de ello? —Pregunta, con genuina curiosidad. SeokJin había estado con ellos desde hace mucho tiempo y casi nunca hablaba sobre él o su pasado, pero él sabía todo sobre ellos.

Virus Omega [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora