Capítulo 39

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Debido a los constantes movimientos, sus ojos fueron abriéndose poco a poco, su cabeza golpeaba constantemente contra el material duro de la pared asique tuvo que removerse hasta aclarar su visión

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Debido a los constantes movimientos, sus ojos fueron abriéndose poco a poco, su cabeza golpeaba constantemente contra el material duro de la pared asique tuvo que removerse hasta aclarar su visión. Su cuello tenía un dolor insoportable por la incómoda posición, pero pronto tuvo preocupaciones más grandes que esa.

Jimin observó su alrededor con terror, estaba dentro de una combi sin ventanas y estaba atado con unas esposas en sus manos. Junto a él estaban JungKook, HoSeok, una niña, JiKyo y otro par de omegas de la cabaña. El vehículo era bastante grande para que ellos entraran en la parte trasera sin complicaciones, de todas formas sentía los baches y no tenía idea a dónde eran llevados.

—Hey, Hobi, hyung. —Intentó llamarlo, aún viéndolo con sus ojos cerrados, pero todos los demás estaban despiertos, él parecía ser el último en despertar. Sus rostros son de pánico total y no sabe qué hacer para poder tranquilizarlos.

—Déjalo dormir, —murmura Jeon, quien se veía un poco resignado solamente jugando con las esposas en sus manos, —está enfermo.

—¿Qué?

—Dijo que cuando lo secuestraron le inyectaron algo que no sabe qué es. Cada que despierta es con fuertes dolores de cabeza. —El pelirrojo suena bastante preocupado, pero de todas formas se entretiene acariciándole un poco el cabello a la niña que estaba durmiendo sobre las piernas de Jung.

—¿Ella es MiSuk?

—Sí, no es una buena situación pero al menos están juntos. No tenemos idea de a dónde nos llevan, hemos estado dormidos por mucho tiempo y tampoco sabemos cuánto pasó. Solo sé que hay más camionetas junto a nosotros que llevan a los demás omegas del refugio.

A Park se le oprime un poco el corazón ante esa noticia. Entonces eso había pasado. Llegaron durante la noche y los sedaron a todos para dormir y secuestrarlos. Había sucedido lo que más temió en todo este tiempo, eran demasiadas personas. Y estaban en peligro.

Jimin se acerca lo más que puede a la compuerta trasera, agachándose un poco hasta poder ver en el agujero en donde es su única forma para poder ver el exterior. Y lo que ve allí, le deja la boca seca.

Desierto, todo es desierto, apenas hay plantas, y lo único que reconoce es un vehículo que conduce detrás de ellos.

—Ya sé a dónde nos llevan... —sus pequeños ojos brillan prontamente de las lágrimas acumuladas, pero no quiere llorar, solo quiere que esto sea una pesadilla. —Estamos llegando al Área 51.

—¿Q-Qué? ¿Estás seguro?

—Sí, yo- recorrí muchos kilómetros de este desierto cuando escapé de allí, creí que nunca lo volvería a ver.

Sus ojos se encuentran entre sí, el temor que sienten es palpable en el aire, el miedo de no saber si podrán salir de allí con vida. Y todos saben que la respuesta que llega a sus mentes es la más segura. 

Virus Omega [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora