Capítulo 9

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Ambos habían quedado mudos mientras observaban la gran cabaña que era alumbrada solamente por las luces del vehículo

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Ambos habían quedado mudos mientras observaban la gran cabaña que era alumbrada solamente por las luces del vehículo. El silencio estaba presente simplemente escuchando los sonidos que la naturaleza provocaba al estar en un bosque al medio de la nada ellos dos solos. Era increíble realmente cómo habían logrado escapar de la ciudad sin que ningún policía se les tirara encima. Habían tomado los riesgos en cuenta pero aún así no procesaban todo lo que había ocurrido en un mismo día.

Prácticamente en lo que Min no había pensado mucho en el momento era JungKook, joder ¿qué estaría pensando ahora mismo de él? ¿Estaría enojado? ¿Habían terminado sin siquiera hablarlo o quizás quería una explicación? Llevó sus manos a su rostro refregándolas por el sueño y volteó a ver al peli-lila.

—Jimin, dormiremos aquí hoy, realmente estoy muy cansado como para limpiar. —Recibió un asentimiento y YoonGi pasó hacia el asiento trasero, bajó los asientos logrando que se hiciera una especie de cama improvisada en la que cabían unas tres o cuatro personas como mucho. No tenían nada con qué taparse pero el frío era lo de menos en ese momento. Se acostaron allí viéndose fijamente, con sus ojos apunto de cerrarse, había sido un día bastante largo y aunque Jimin había sido el único en dormir en todo el viaje, ambos estaban igual de agotados por las emociones vividas.

No dijeron absolutamente nada, pero el pelinegro atrajo el cuerpo del menor hacia el suyo sintiendo la calidez corporal de ambos y así suponía que iba a ser suficiente con pasar la noche, además de que le traía tanta calma. Besó sus cabellos y simplemente cerraron sus ojos dispuestos a descansar un poco para hacer el trabajo pesado al otro día.

[...]

Sus pequeños ojos fueron abiertos con pesadez sintiéndose bastante incómodo por lo duro que era el asiento del auto. Se removió sintiendo sus cabellos desparramados por todo su rostro y decidió levantarse cuando se dio cuenta que el mayor no estaba durmiendo a su lado, no tenía ni idea de qué hora era pero por la poca luz que entraba de afuera supo que ya era de día.

Bajó del coche pisando el pasto y observando los árboles de metros y metros de alto, algunos creaban un techo que cubrían con sus ramas y hojas la cabaña y el patio impidiéndole ver el cielo azul que probablemente habría.

El sonido de los pajaritos y el viento revoloteando llegaba a sus oídos dándole un hermoso aire mañanero sacándole una pequeña sonrisa de sus sonrosados labios. Se estiró un poco destensando sus músculos para caminar hacia la cabaña que se veía más hermosa con la luz del día. Ingresó al ver la puerta abierta y lo primero que pudo observar fueron muebles cubiertos por telas blancas llenas de polvo. El suelo estaba un poco más limpio por lo que supuso que Min ya había estado limpiando por ahí.

Caminó observando sus alrededores, no podía apreciar mucho del lugar ante las condiciones pero pudo percatarse de que tenía varias ventanas dejando el sitio bien iluminado.

Virus Omega [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora