Capítulo 38

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Las estrellas iluminaban de escaza forma la tan fría noche

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Las estrellas iluminaban de escaza forma la tan fría noche. La luna era cubierta por las espesas nubes y la nieve aún permanecía en los suelos hasta la copa más alta de los árboles. SeokJin se había ido a poner el pijama cuando NamJoon le dijo que iría a revisar que las cámaras estuvieran en correcto funcionamiento, no querían que hayan sido dañadas por el descuido de la nieve o congelamientos.

Jugueteó un poco con su teléfono sin GPS en lo que esperaba que la llamada a Jung fuera atendida, pero nuevamente, no había recibido noticias de él en todo el día. No quería pensar mal, podría llegar en la madrugada por el congelamiento de la ruta, pudo desviarse o quedarse a descansar en un motel.

Pequeñas risas le hicieron subir la mirada encontrándose con una de las escenas que más le gustaba y ya estaba completamente acostumbrado. Jimin estaba sobre YoonGi en el sofá mientras compartían pequeños besos y cosquillas que les hacía reír mutuamente. Ambos tienen sus cabellos mojados porque después de pasarse todo el día en la nieve, se dieron un baño juntos de agua caliente. Desde que se hicieron pareja, han estado mucho más pegajosos, y lo sabe porque ya no tienen miedo de poder decir sus sentimientos o hacer algo incorrecto con el temor de no ser correspondidos. Ahora, ambos son novios, y Park lleva su marca, fácilmente pueden saber cuándo sus sentimientos son negativos o positivos con respecto a lo que hacen.

Jin se pregunta si alguna vez podrá tener algo así de lindo. Nunca en su vida creyó que se preguntaría cómo se sentiría estar enamorado o en una relación, vivía por y para su trabajo, sin nada más que agregarle a su monótona vida. Pero desde que los conoció a ambos, desde que llegó a la cabaña, ha comenzado a sentir y presenciar cosas que nunca en su vida tuvo.

Amor, amigos, respeto, una familia.

Y cuando conoció a NamJoon, algo en su interior le dijo que sería diferente. Y era diferente. Él nunca supo acercársele, fue el moreno que poco a poco comenzó a mostrar más interés en él, en sus cosas, en sus experimentos, en su inteligencia y cómo le explicaba sobre sus inventos e ideas. En muchas ocasiones habían pasado tiempo tanto en el remolque, como en ese mismo sofá, simplemente hablando sobre sus pasiones. Ciencia, filósofos, libros, música, política y pintores, eran de los temas que más se repetían entre ellos. Poco a poco, pudo darse cuenta del brillo con el cual el peli-gris le veía en más de una ocasión, y eso comenzó a avergonzarle. Comenzó a sentirse como un momento cálido en su día, y le daba un poco de miedo que eso lo llevara a ilusionarse sin saber lo que era estar enamorado.

—Oigan, ya, qué asco. Vayan a su habitación si no tienen nada más que hacer acá. —Habían terminado de cenar hace unos cuántos minutos asique aún le parecía un poco raro que se encontraran ahí.

—Sí, está bien. Buenas noches, Jin hyung, hasta mañana.

—Buenas noches, SeokJin. —Ambos se despidieron sin soltarse un segundo de las manos mientras subían las escaleras. Era un poco tarde asique esperaba que estuvieran lo suficientemente cansados como para hacer otras cosas.

Virus Omega [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora