Capítulo 17

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Nada como pasar 8 horas corridas trabajando en atención al cliente, llegar a tu casa y que te apaguen el wifi cuando te quieres desahogar jugando en Minecraft.

— ¡Esos jueguitos ponen a los niños violentos! — justificó la Nonna por apagarnos el wifi.

Obvio, ayer Louis y yo dejamos de estar sembrando en nuestro huerto para ir a hacer una balacera en la casa de los vecinos. Estaba a punto de pagar mi rabia acumulada con esa doña hasta que Daniel intervino y le aclaró a su madre que Louis y yo somos adultos y que no puede fastidiarnos así. Mi molestia fue reemplazada por incredulidad cuando noté una auténtica sorpresa en la señora cuando supo que Louis y yo no somos adolescentes.

— Pero ¿No les dieron vitaminas? Qué bárbaro — murmuró con sorpresa rumbo al patio con su caja de cigarro —.

Esa mujer cada vez tenía la voz más ronca y no podía vivir sin nicotina. Era relativamente jóven, pero el cigarro la había envejecido mucho. Según ella, por eso no le daba Covid, los cigarros la protegían, yo no sé quién fue el médico que reforzó su teoría pero espero que perdiera su licencia.

— No entiendo su actitud — dije aún molesta caminando a la cocina para ver qué comía —.

— Está mayor, hija. En su época los juegos eran malos — dijo mi mamá —.

— Mami, estamos jugando, no metiéndonos crack en petare — dije picando una manzana verde —.

Ahora, ustedes se preguntarán por qué no estoy durmiendo para reponerme, pues porque ando emocionada ¿Se acuerdan de mi mejor amiga, Gabriela? Pues mañana llega con su mamá. Todo fue repentino, a último minuto, por lo que tuve que cancelarle una salida a Julian. Entonces ando ansiosa y le pedí a Louis que viniera porque no quiero estar sola con mis pensamientos y emociones. Aunque a estas alturas del partido, Louis vivía más en mi casa que en la suya, no quería entrometerme mucho, pero estoy segura de que mi tía ha estado haciendo lo que mejor se le da: ignorar a Louis y compensarlo cumpliendo sus caprichos. 

Creo que mi tía esperaba traer un niño tranquilo al mundo con el que la maternidad no fuera tan compleja, pero Dios la bendijo con un niño con TDHA y autismo, por lo que, en vez de renunciar a su idea de maternidad pacífica, decidió forzarla dándole a Louis todo lo que pidiera aún y cuando el acceso ilimitado a pantallas solo agravaba las rabietas. Betty llevó demasiado lejos ese texto bíblico de Jesús de ''Pide y se te dará''. Si le preguntan directamente, Tía Betty dirá que Louis fue un niño tranquilo dentro de todo (para ella, pero para Louis crecer sin ningún tipo de disciplina y luego ser arrojado al mundo real sin ningún tipo de preparación previa, solo hizo que sus síntomas empeoraran). 

Nadie en mi familia sabía cómo tratar a los niños como Louis, porque generalmente ese tipo de niños eran criados por niñeras o la familia que los tenía se recluía con ellos hasta que fueran totalmente controlables en público. Louis Carmelo fue el primer niño neurodivergente de la familia que pudo jugar con otros niños y asistir a reuniones sociales, fue el primero en no recibir por su propia madre miradas de lástima y decepción, porque la realidad es que tía Betty era muy positiva, pero parece que nunca cayó en cuenta de que su hijo tenía necesidades emocionales y psicológicas que debía atender. Es por eso que quiero estudiar psicología infantil, porque si yo hubiera sido adulta y me hubiera topado con Louis, lo hubiera ayudado. Me hubiera gustado ser la adulta que necesitaba.

— Dani y yo vamos a dormir. No se acuesten tan tarde — pidió mi madre dándonos la bendición y llevándose un vaso de agua —.

— No vamos a dormir ¿Verdad? — Preguntó Louis resignado. 

— Tu duerme si quieres — contesté caminando a mi habitación, Louis me siguió y luego de tirar su mochila al piso, se tiró sobre el colchón que le puse en el piso —. 

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