Capítulo 23

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Nina.

No tuve un buen primer día – presencial - en la universidad. 

Bah, CBC (Es como un pre-semestre que se ve cuando arrancas la universidad).

No entiendo del todo a los Argentinos cuando hablan, no entiendo a los profesores, no entiendo las materias y no entiendo por qué me cuesta tanto integrarme. Tengo ansiedad social, les juro que intento con todas mis fuerzas ser amistosa con otros, pero yo no soy Louis Carmelo. Yo no puedo hacer reír a la gente de manera espontánea cuando noto algo, no puedo hacer un comentario estratégico que haga que me amen. Nunca he sido buena haciendo que la gente me ame, me costó en Venezuela un montón y simplemente las normas sociales acá no son las mismas que las de allá.

Había un grupo de chicas sentadas juntas y pese a que intenté acercarme, me miraron de arriba abajo y empezaron a hablar entre ellas. Quizá estaban justamente hablando de otra cosa, quizá ni se percataron de mi existencia y casualmente terminé en su campo de visión y justo se empezaron a reír, pero eso no evita el hecho de que me sentí mal. Me sentía demasiado observada por todos y cuando terminé de entregarle mi trabajo a la profesora, salí lo más rápido que pude de aquella aula.

Daniel me fue a buscar y pareció inquieto ante mi mutismo, llegué llorando a mi casa y no salí de mi cuarto hasta que a Leonor se le acabó la paciencia y me tumbó la puerta. Literal.

— ¡Me pagas esa mierda! — dije levantando la cabeza de la almohada —.

— Te compró dos — dijo levantando la madera y recostándola de la pared —.

— ¡Fuera de mi cuarto! — volví a hundir la cabeza en la almohada —.

— Daniel está preocupado porque cree que te hicieron algo. Mi mamá lo tiene amarrado pa' que no vaya y queme la UBA.

— No es para tanto, Leo. Simplemente soy una sensible de mierda — sollocé —. Me va a venir el periodo.

— No creo que sea solo eso lo que te tiene así.

La miré fijamente y ella se llevó la mano a la cintura, mentirle a Leonor era imposible, ella te olía una mentira donde fuera.

— Es muy complicado vivir aquí — dije sentándome en la cama — y yo sé que debo ser agradecida, pero me está costando demasiado adaptarme. Si no fuera porque mi mamá es amiga de Belén y Chris me presentó a sus amigos, incluso, si no fuera porque Louis Carmelo es sociable; yo estaría sola. Pero ahora estoy por mi cuenta en la universidad y me está costando demasiado.

— Si fuera mi mamá, te diría que tu no vas a hacer amigos, sino a estudiar — comentó sentándose cerca de mí —, pero no lo soy. Nina — me levantó el rostro tomando suavemente mi barbilla —, no puedes quebrarte de esta manera, apenas es el primer día presencial.

— ¡No solo es eso! Últimamente todo me supera, todo me estresa. Sino me afectaba el que vinieras, me afecta que soy lenta adaptándome. Es como si mi cerebro estuviera en busca de problemas estúpidos y sin sentido. Simplemente todo me hace mal, no aguanto nada — ella procedió a abrazarme y dejarme llorar en su hombro mientras acariciaba mi cabello —.

Sin importar que la llené de lágrimas y moco, Leonor me dejó desahogarme hasta que me quedé dormida. Sentí que se acurrucó a mi lado y simplemente se quedó allí conmigo haciéndome compañía, haciéndome sentir, al menos por un instante que mi mente estaba equivocada.


*


Chris.

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