Capítulo 33

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Nina.

Terminé de pasar a la computadora mis apuntes sobre la entrevista que le hice a Ernesto Villani. Louis Carmelo y Gabi hacen un brownie mientras yo tecleo en el mesón de la cocina, aunque la verdad es que Gabi hizo sola todo porque Louis se quedó dormido en un momento. Argentina le ha hecho adquirir ciertas costumbres como las siestas. 

Cuando termino el borrador de la entrevista me dejo caer sobre el respaldo de la silla y medito sobre cada palabra escrita en la pantalla. Creo que he estado escondida de los desafíos toda mi vida y finalmente me estoy adentrando en uno. Aun y cuando presiento que nada de lo que envuelve a los Villani tiene sentido, se me hace fascinante cavar en ello, me he llegado a obsesionar hasta el punto en el que son las personas en las que mas pienso durante mi día a día.

— ¿A qué te refieres con que tienes ''tétano''? — Gabi le preguntó a Louis estupefacta.

— Es cuando te sale una teta en el ano — respondió Louis como si fuese obvio, yo rodé los ojos y giré la cabeza en su dirección.

— Esas son hemorroides, Louis Carmelo — dije cansada.

— Tétano suena mejor — él se llevó la mano a la cadera mientras me contradecía —. Aunque sonaría mejor un chisme — él miró a Gabi y sonrió —. Gabriela María, deléitanos con tu horrible vida amorosa — Gabi se aclaró la garganta, es que a ella le gusta la guachafita.

— Un chico con el que salí hace meses me dejó por una chica, pero solo me busca cuando tiene ganas de engañarla — ella me miró — Agustín — yo abrí la boca sorprendida y ella asintió con la cabeza lentamente mientras cerraba los ojos —. Lo peor es que están comprometidos. Es que yo no entiendo a los hombres, no están contigo porque no le gustas lo suficiente, pero cuando están con alguien que les gusta lo suficiente ¡La engañan!

— Que se revise, eso no es normal — dije horrorizada.

— Lo peor es que, cuando lo cuestioné, él dijo que no se arrepentiría ni tendría peso de conciencia si le era infiel conmigo — abrí la boca con sorpresa.

— Pará, pero ¿Él no es evangélico o algo así? — preguntó Louis.

— Si, una rama del cristianismo... creo que es mormón — Gabi se quedó pensando un rato —, no estoy segura.

Louis tenía razón, sonó mejor el chisme. Mi primo se puso unos guantes de cocina y abrió el horno, mientras sacaba el brownie y cuando lo ponía sobre el mesón frunció el ceño. Entrecerró los ojos y acercó más su rostro al bizcocho.

— ¡Hay un pelo! — dijo sacándose los guantes para retirar el pelo que había caído en el brownie —. ¡Yo estaba durmiendo cuando metieron esto al horno, no pueden culparme! — nos miró a Gabi y a mí.

— Esa misma excusa pusieron los alemanes — dije y Gabi ahogó una risa, yo la miré y sonreí.

— ¡La junta con esos locos te tostó el casco! — Louis trató de contener las ganas de reír, pero fue inútil. Obviamente se refería a los Villani, él también había estado mostrando cierto interés respecto a ellos.

Los tres nos servimos nuestras porciones del bizcocho y comenzamos a comer en silencio sentados en la mesa. Miré a Gabi la cual bajó la mirada cuando nuestros ojos se encontraron, yo ladeé la cabeza ¿Qué había sido eso? Estaba a punto de preguntarle si estaba bien cuando Louis decidió interrumpirme.

— Gabriela, deberías dejar que te arreglemos un matrimonio. Los hombres con los que te relacionas son horribles — yo miré a Louis seria.

— Si, por algo salió contigo — él se encogió de hombros.

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