Capítulo 31

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Nina.

— Se supone que debo entrevistar a una especie de figura en la política o algo así — le explico a Belén, la madre de Chris. 

Me ha invitado a su casa para regalarme ropa que ya no usa, pero entre una y otra cosa hemos aprovechado de ponernos al día.

— Esto no es Venezuela, querida — dice Belén doblando la ropa en una bolsa de tela marca Día (no me están patrocinando, btw) —. Aquí sí hay políticos y es más fácil hablar con ellos.

— Supongo — me inclinó sobre el sillón en el que estoy —. Sinceramente no estoy segura de haber elegido la carrera correcta — ella me mira a través de sus lentes —. No le digas a mi mamá.

— Pero estabas muy emocionada al comienzo — dice dulcemente.

— Supongo que he cambiado.

Jugueteo con mis dedos y noto que Chris sale de su habitación, me saluda levantando el mentón y yo lo imito. Belén lo manda a sacar la basura ya que va saliendo y este deja la sala para seguir la orden de su madre. Las cosas parecen tensas entre ellos y decido distraer a Belén con otro tema. Pero como no, antes de salir, Chris asoma la cabeza a la sala y me mira.

— Deberías pasar más tiempo al sol, vampiro — ruedo los ojos ante el comentario de Chris.

— Y tú deberías pasar más tiempo con Louis, es mejor que tú para burlarse de mí — él asiente dejándome ganar la infantil pelea y se va. Al rato escuchamos la puerta de la entrada cerrarse.

— Le caes bien — dice Belén y yo asiento burlona.

— Se nota.

— ¡En serio! — ríe — Yo sé que es complicado, tiene el carácter de su padre, pero le hace bien salir con Louis y su grupo — dice extendiéndome la bolsa de ropa en mi dirección —. Gunter era más como yo — comenta pensativa.

— ¿Quién? — la miro con curiosidad.

— El hermano mayor de Chris. Él no vive acá con nosotros — me explica y asiento comprensiva.

— Bueno, supongo que está invitado a la boda de mi mamá.

— No creo que vaya — ella hace una mueca que no comprendo, pero antes de indagar más, veo la notificación de mi teléfono en la que Julian me avisa que ha llegado por mí.

— Gracias, por todo, Tía Belén — ella me sonríe feliz ante el apodo y la abrazo como despedida —. Nos vemos después, me vinieron a buscar.

*

Chris.

Cuando estoy volviendo de tirar la basura veo a Julian saliendo del auto que se encuentra estacionado frente al edificio en el que vivo. Su rostro se vuelve inexpresivo cuando me mira. Camina en dirección de la puerta del copiloto y se recuesta mientras me observa.

— Julian — lo saludo — ¿Todo bien?

— Todo bien — saluda — ¿Y vos? — me encojo de hombros.

— Tranqui, por suerte — miro mis zapatos y luego a él — ¿Querés que llame a Nina? Estábamos arriba hablando con mamá — señalo el edificio. Él ladea la cabeza divertido, como si pudiera detectar mi mentira.

— Ya le mandé un mensaje, debe estar por bajar — responde con tranquilidad y yo aprieto la mandíbula. Miro su mano y frunzo el ceño, él parece notarlo y levanta la mano para que la vea mejor. Sus dedos están rodeados de banditas, pero algunas se han manchado de sangre fresca —. Tuve una clase intensa. Soy chelista — explica y yo abro los ojos con fingido asombro.

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