Capitulo 8.

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— Vaya mierda de cama.—Digo, cuando dejo caer mi cuerpo sobre el colchón que hay en la habitación que he alquilado.

Definitivamente quiero a esa loba conmigo, pero todo se está volviendo muy complicado.

¡Soy el puto rey de los vampiros!Para mi nada es complicado.

Cierro los ojos y pensando en que mañana iré a verla, me duermo.

***

No se ni que hora es, pero como ya es de día me levanto de esta apestoso e incomoda cama y me dirijo hacia la pequeña cocina americana que hay.

Mierda, no he comprado nada.

Cojo el móvil de donde lo deje anoche; la mesita y llamo a mi amigo.

No se escucha nada, pero se que la llamada la a cogido, así que espero a que hable.— ¿Que pasa, tío? Estaba durmiendo...— Se escucha un bostezo.

— Te voy a mandar una dirección, traime comida.— Ordeno.

— ¿Que as creído que soy?¿Tu esclavo? Porque si es eso, olvidate.— Dice con la voz ronca.

— Haz lo que digo y calla, demonio.— Y cuelgo la llamada.

Después de haberme duchado y vestido, siento la presencia de Asher y se que a entrado y no precisamente por la puerta.

Como siempre...

— Asher.— Digo en voz alta y un gruñido de animal se escucha.

— ¿¡Como lo haces!? Siempre me encuentras.— Dice cruzandose de brazos, como si fuera un niño pequeño.

— Deja de berrinchear y dame la bolsa de comida, para ver que as traído.— Digo quitándole la bolsa de las manos.— ¿Comida chiná?— Pregunto levantando la caja en la que va la comida.

— Es lo primero que he encontrado.— Dice encogiendose de hombros.

—Y... ¿La sangre?

— No lo se.— Dice dejando caer su cuerpo en un pequeño sofá invidibidual que hay al lado de uno de dos plazas.

Me siento a su lado y dejando la comida en la pequeña mesa que se encuentra enfrente del sofá, comienzo a comer.

—Me sirve, de momento.— Digo mezclando los tallarines con el arroz tres delicias y hechandole salsa por encima.

— Vaya mierda de cuarto...— Comenta mirandolo todo.— Hay baño, sala de estar, cocina y una cama... y lo peor, es que todo está junto, no hay ni una pared o puerta que separe una habitación de otra... o bueno, habitación no, mejor dicho espacio.

— El baño si tiene puerta.— Comento.

— Menos mal... no quiero venir algún día y encontrarte cagando.

— No te quejes y informame.

— Tiene dieciséis años, va para diecisiete, usa gafas...y — Comienza a decir.— ..esta en el único intituto de este pueblo y...ya.

— ¿Ya?— Pregunto con curiosidad.— ¿No tiene amigos?¿No sale de su casa?— Vuelvo a preguntar, pero esta vez lo que tiñe mi voz es confusión.

Estúpido Vampiro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora