37. LA LLAMADA.

69 2 1
                                    

~~NATHANIEL~~

—No me interesa si tienen que buscar en el mismísimo infierno, o si tienen que ir a buscar a las casas de sus abuelitas, pero la encuentran —vocifera Dario, el capitán de la ahora tropa—. ¡Y para que se lo tomen personal voy a hacer mierda a uno de ustedes cada día que pase sin la señorita Vinter a salvo!

—Esto se debe resolver en horas, no días —objeta Alex entrando.

Dario lo sigue con la mirada hasta que llega a mi lado.

—Las horas cruciales ya pasaron, así que si sigue viva será un milagro que la encontremos mañana —le asegura—. Y la orden es recabar información primero.

—No vamos a poner en riesgo su vida, así que si la encuentran no entren sin pensar, y sin avisarme, no a menos que sea necesario. —Paseo la mirada por varios rostros serenos.

—Si la están lastimando conviertan todo en una carnicería —añade Alex con convicción.

Dario me mira esperando la aprobación y se la doy con un asentimiento leve.

—¡A currar! —le grita a su tropa dejando que los sigan hacia la salida.

—Dame una maldita botella de lo que tengas —le pide Alex al bartender.

—No le des nada —le ordeno dejando a medias la tarea—. Te necesito lúcido, Alex.

Se baja del taburete a regañadientes y pasa de largo hacia la oficina, yo voy detrás al tiempo que llamo a Yerik para que venga. Me siento en mi silla, él al frente.

—Ya le di órdenes a los clanes —me avisa.

—Vete a tu casa, yo me encargo —le ordeno al tiempo que a mi celular llega una llamada desde Alemania, seguramente de Hank.

—¿Así como te encargaste de protegerla? —cuestiona dirigiendo el enojo que estoy conteniendo hacia él.

—No me jodas ahora, Alex —le advierto.

—Te lo dije, te dije que iban a lastimarla por salir contigo y mira lo que está pasando, estamos atrapados en las consecuencias de tu obstinación —continúa.

Insiste en molestarme y eso no es buena idea.

—Lárgate antes de que decida ceder a mis ansias de sangre —Lo miro fijamente y me sostiene la mirada oscura que le dedico antes de levantarse.

—Para ti ella no es lo mismo que es para mí —asevera dándome la espalda para salir cerrando tras de sí.

—Lo mismo digo.

Las llamadas entrantes de varias personas llegan durante toda la noche y la impotencia me mantiene despierto hasta que llega Yerik con papeles y más problemas a los que les encuentro soluciones rápidas.

Solo quiero información de Jo, y por eso a las 5 de la mañana salgo a encontrarme con la tropa y los datos inservibles que traen. Dario ordena moler a golpes a alguien que no conozco y me vale mierda lo que tenga que hacer con tal de que encuentre a Jo.

Cancelo el trabajo en el establecimiento hasta que la encuentren y a las 8 am llega Hank junto a Vanora, ambos se acercan a mí para procurar que me encuentre bien, pero me levanto para andar en la oficina permitiendo que Hank se siente en mi sitio mientras le hablo de lo que pasó. Él es el único con el que puedo hablar de lo que sea sin importar qué sea, quizás me encuentre con un regaño, con una felicitación o con un consejo, pero al final si hay algo que puedo tener por seguro es que no me va a dejar a la deriva, incluso cuando no necesite su ayuda; la voy a tener.

—Me protegeré de mis enemigos, que Dios me proteja de mis amigos —cita Vanora.

—¿Cómo no me di cuenta? ¿Cómo lo pase por alto? —suelto las preguntas retoricas que me han estado molestando todas estas horas.

LUMINISCENCIA (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora