23. SOY MÁS.

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~~JO~~
Salgo hacia el auto que me llevará a la universidad. Mi mamá actúa como si nada, pero sé que lo que le dije no fue nada bonito y debería disculparme bien. No llegó borracha, pero sí muy triste, con ese tipo de tristeza que te deja inerte como un maniquí, con lágrimas que ni siquiera sabes que sueltas.

Mis clases son productivas y se me pasan rápido, así que cuando me siento con Sheila en la parte de afuera del restaurante sigo llena de energía.

—Francis dijo que me avisará cuando él y Seivan tenga tiempo, le diré a mi mamá —continúa con su vista en el celular, así ha sido desde que salimos de clase.

Ella y el turco son muy amigos por lo que me ha contado. Mientras yo me resigno al "halago" que me hizo Seivan, me he aferrado a eso para no sentirme mal con respecto a lo que pasó ese día. El niño está recuperándose según Sheila, se lo contó Francis para que yo esté más tranquila.

—¿Sabes? Cuando no estudio es porque estoy comiendo o durmiendo, es muy normal mi vida... ¿Y sí salimos a alguna parte con Seivan y Francis? ¿Te gustaría? —sigue sin mirarme.

¡Es cierto! No le he dicho sobre mí relación con Nathaniel, quizá porque cuando nos juntamos se la pasa hablando de Francis o hablamos de otras cosas.

—Podemos, pero como dato extra tienes que saber que estoy saliendo con Nathaniel.

—¡¿Qué?! —me mira con asombro—, ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me lo habías dicho?

—Desde hace como... unas semanas. —La verdad no he hecho cuentas.

—Whoa... —se pone una mano en el pecho—, ¿Y acabas de contármelo? Yo trataba de que salgas con Seivan, de hecho, ese era mi plan con Francis, pero creo que todo mi esfuerzo se fue a la basura ahora.

¿Una relación con Seivan? Ni de chiste podría aguantarlo, y estoy muy segura de que él tampoco a mí.

Le sonrío apenada y cuando hace preguntas específicas le doy respuestas secas, cuando parece satisfecha regresamos a las clases y al salir me acompaña al autobús. Cuando se baja me quedo sentada mirando por la ventana con mis audífonos puestos.

Es poco tiempo y sé que se va a ir, pero quiero conocerlo, conocerlo de verdad, no al que temen o al que adoran, a él.

Me bajo en mi parada y camino con el auto polarizado atrás. Cuando decido ir en autobús ellos me siguen, Sheila no lo ha notado y lo agradezco, es muy curiosa. Entro al Gold y voy directamente a la oficina de Nathaniel, la música es suave y por tal es seguro que nadie está practicando.

Golpeo la puerta varias veces y nadie responde así que voy a los camerinos. Ana y Olivia son las únicas que están allí, hablando. Me saludan y me apresuro a cambiarme.

—¿Lo viste? Estoy segura de que tiene una cena importante, seguro se fue a buscar a alguien con clase para que lo acompañe —suelta Ana con diversión.

—No estaría tan segura...

—Lo conozco, y necesita a alguien que esté a su altura y pueda ayudarlo con los negocios —continúa.

No me hace sentir menos, sé lo que valgo y confío en él.

Golpean la puerta y Olivia pide que pasen, entra Pat con un portatrajes y pone sus ojos en mí, acercándose a darme la pieza y una bolsa aparte, yo las sostengo totalmente confusa.

—Nathaniel ordenó que te entregará esto, quiere que te lo pongas y en una hora salgas para que te lleven con él.

Sonrío ampliamente. Si lo de la cena es verdad, quiere que vaya con él.

LUMINISCENCIA (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora