~~JO~~
Despierto entre sus brazos y con mi mejilla en su pecho «¿Cuándo llegamos a esta posición?».Mis pechos están sobre su cuerpo, una de sus manos pasa por mis hombros y la otra descansa en mi cintura, nuestras piernas están entrelazadas, «¿Cómo se supone que salga de esto?».
Ayer no estaba tan bebida y recuerdo perfectamente lo que pasó, fue maravilloso, pero confieso que sin alcohol si me hubiera dado un poco de vergüenza que me vea totalmente desnuda.
Intento zafar mis piernas a pesar de que no quiero porque es cálido y cómodo, gruñe y su mano en mis hombros me presiona contra él. No sé si es un acto consciente o inconsciente porque no he levantado la cabeza para saber si está o no despierto.
—Nathaniel... — muevo la cabeza para dejar mi quijada en su pecho y así poder mirarlo. Fue un acto inconsciente.
Muevo mis piernas y logro dejarlas libres, luego cojo su mano en mi cintura y la muevo, pero en un movimiento rápido me encuentro debajo de él, con su abdomen sobre mi pelvis y su rostro a centímetros del mío. Así que fue un acto consciente, debe haber estado despierto incluso mucho antes que yo porque no hay rastro de recién haberse despertado en su rostro. Luce muy... perfecto.
—Buenos días, roja —me dice mirándome los labios.
Sonrío a boca cerrada por el sobrenombre, es la primera vez que no me llama por mi nombre. Seguro ya se lavó la boca, huele muy bien.
—¿No vas a hablar? Está bien, podemos hacer cosas más divertidas —se inclina a mis labios y muevo mi cara así que termina besándome la mejilla.
Reprimo mis ganas de reírme, pero al final término riéndome levemente.
—¿Vas a negarme un beso? —me pregunta al oído.
—No quiero besarte ahora —musito sonriendo. No le voy a decir que es porque seguramente mi boca huele a alcohol o peor que eso, no me voy a arriesgar.
Su mano izquierda toma mi mentón y me obliga a mirarlo, está sonriendo levemente, con una excitante diversión. Me gustó ese movimiento.
—¿Estás segura? —se muerde el labio inferior levemente—, porque no te escuché muy convencida —se inclina a mis labios y esta vez no me muevo, no me besa, solo mantiene sus labios a milímetros—. Di que no y me alejo.
Si, mil veces sí.
Con mis manos en su nuca hago que me bese y sus labios se mueven a una velocidad lenta y candente sobre los míos. Estoy desnuda bajo su cuerpo y me está besando, mi cuerpo quiere más y yo también... ¿Y sí le pido que lo hagamos ahora? No... ¿O sí?
Sus labios bajan a mi mentón, por mi cuello, el medio de mis senos, mi abdomen, mi pelvis y jadeo cuando sostiene mis caderas y su lengua se resbala por mi clítoris, chupa, lengüetea y muerde con ligereza haciendo mis gemidos incontrolables. Arqueo la espalda cuando presiento el orgasmo y me dejo ir, quedando agitada y deseosa, empieza a subir besando el mismo camino y esta vez se detiene a centímetros de mi boca. Sigo excitada, con verlo a los ojos es suficiente para estarlo.
—¿Tienes un condón? —Paseo las manos por su abdomen tonificado.
—¿No querías esperar hasta el miércoles? —frunce levemente el entrecejo.
—Para ser sincera no creo que pueda esperar tanto.
Suspira y se me queda mirando un largo e incómodo rato.
—No tengo.
Rayos.
—Entonces déjame vestirme y salgamos de la cama o vamos a cometer un error muy grande —le suplico.
ESTÁS LEYENDO
LUMINISCENCIA (#2)
Teen FictionA veces tener un gran corazón no te asegura un camino lleno de pétalos que desborda amor, a veces cedes ante lo incorrecto aunque sabes que esta mal, que te va a lastimar, a veces, solo a veces, un demonio te ofrece su mano y tu la tomas. Jo es inte...