Hasta que mis cicatrices sangren oro.

Capítulo 1 "Sin retorno"

La historia del antiguo Egipto es larga y está repleta de misterios. Pero si hay una figura especialmente cautivadora y que representa en sí misma los 3.500 años de civilización egipcia es la del faraón.

El faraón era el soberano de Egipto, quien gobernaba por mandato divino. Durante muchos siglos fue considerado un semi-Dios: para los egipcios era la reencarnación de Horus, hijo del dios Osiris y de la diosa Isis, y su tarea era la de intermediar entre hombres y divinidades.

Con el paso del tiempo ese concepto se modificó y el faraón dejó de ser visto como una divinidad y pasó a ser considerado un hombre, eso sí un hombre todopoderoso.

El término faraón quiere decir "hogar grande". Ser faraón era un derecho divino y hereditario. El mismo faraón reinaba hasta la muerte, dejando el poder a sus hijos (en caso de no tenerlos, los sacerdotes elegirían al sucesor).

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Kefrén.

Hoy es la reunión que he estado esperando por años.

Padre nos reunió para lograr una amnistía entre las mafias más poderosas. Todos vienen con la intención de lograr formar el mejor equipo.

Lo que no saben es que yo no comparto la victoria con nadie.   Soy de los que le gusta el poder y no estoy dispuesto a compartirlo.

Padre me ha ayudado con el plan que tengo en mente reuniendo a todos.

- Señor, lo esperan en la sala. Ya han llegado todos y Padre quiere entrar a su lado, en señal de respeto y de paz. - Me informa uno de los hombres de seguridad de Padre.

- Perfecto, llegó la hora en que todo esto se acabe.- Me levantó y alisó mi traje.

El hombre de Padre me espera afuera de la oficina.

- Francotiradores listos.- Mencionan a través del auricular diminuto que tengo instalado en mi oído.

- A mi señal. No quiero fallas.- Mencionó al saber que ellos también me escuchan.

- Como lo ordene.- Salgo de la oficina donde me encontraba y en el camino me encuentro con Padre y juntos nos adentramos a la oficina.

-Menes, Zoser - Hago una reverencia ante cada uno.

El reverenciarme me causa asco. Ellos ni siquiera son merecedores de mi respeto.

-Kefrén, es una sorpresa para nosotros tenerte aquí. - Menes dirige su mirada a Padre.-Pensamos que vendría Keops, ya sabes es con quien tenemos el conflicto.

-Bueno pues como ya pueden observar, no pudo venir, pero aquí estoy yo. Su representante.

-Ni siquiera eres de su descendencia.

-Claro, pero la familia me ha enviado a mí, después del reciente ataque que sufrieron, salir sería exponerse demasiado- contesto rígido.

- Solo queríamos confirmar la muerte de Keops, ya sabes los rumo...

- Los rumores son lo que menos afectan a la familia y a nuestro círculo ahora. ¿Vamos a firmar la maldita amnistía ya o esperamos a que la muerte venga primero? - pregunto sarcástico, pues yo sé bien lo que les depara este día.

-Procedamos entonces con la amnistía. - Dice padre y se levanta.

Con sus manos levanta lo que parece ser un contrato y un montón de papeles.

Aburrido, falta diversión aquí.

Menos palabras más acción.