Capítulos 23 "Futuro cuñado"

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Damon

Veo a una Alissa con el cabello mojado y con rostro perdido bajar por las escaleras.

-Hola. -Dice tímida.

-Siéntate y almuerza, muero de hambre y por alguna razón no te dignabas a bajar.-Digo y Amudela mi ama de llaves, le sirve el desayuno.

Comienzo a comer y ella comienza a picar la comida.

-Damon...-Me llama dudosa.

- ¿Uh? -Contesto con un poco de comida en mi boca.

-Ayer... tú... Nosotros... ¿Hicimos algo? -Me pregunta temerosa de la respuesta.

Niego con la cabeza y un alivio se instala en su cuerpo.

-Vaya, menos mal-Continúa- ya me había asustado.

-Parece que no me conoces, sabes que no me aprovecharía de tu estado de ebriedad para hacerlo. Confío en mis capacidades de conquista y sé que puedo tener a una mujer sin necesidad de que esté ebria. Si te traje ayer es porque vi a la pequeña Alissa, correr peligro y menos mal viniste conmigo. Imagina si te dejo ahí, hubieras ido por otro y talvez no hubieras corrido con la misma suerte. ¿No recuerdas nada?- Pregunto tratando de averiguar si recuerda algo de lo que sucedió anoche.

-Tan presumido y ególatra como siempre y en cuestión a la pregunta... únicamente un poco, recuerdo todo borroso.

-Bueno, no importa - contesto con desinterés- Por cierto, llama a tus padres. Toda la noche han estado llamando.

Cuando se lo digo, dice "mierda" entre dientes.

Seguro olvido llamarlos ayer.

-Tu teléfono está ahí. -Señaló el dispositivo que se encuentra en la barra de mármol de la cocina.

-Disculpa, tengo que llamarlos.

-Ve, por mí no hay problema alguno.

Se levanta y va hacia la barra de mármol.

Pasados unos 10 minutos Alissa vuelve.

-Ahora si podré almorzar con más calma. -Dice y comienza a degustar con más tranquilidad.

-Almorcemos entonces. -Digo y sigo en lo que estaba.

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Alissa se fue apenas terminó el desayuno y ahora estoy frustrado.

Ayer no pude saciarme como quería y necesito hacerlo, pensé que después de lo que pasó ayer, Alissa mínimo me daría las gracias, pediría mi número o me daría el suyo. Pero no, ni siquiera recordaba que nos besamos y me causa un poco de conflicto.

- ¿Qué opinas de las estadísticas Kefrén? -La voz de mi padre me saca de mis absurdos pensamientos- ¿Consideras qué es conveniente hacer esa inversión? -Los ojos azules de mi padre me miran expectantes.

-Consideró que si padre, solo chequemos los números y veamos que la inversión sea conveniente. Lo cual yo ya hice y he logrado obtener una ganancia del 67% de la inversión principal. -Digo sin problema, pues a pesar de estar distraído, estudié el tema ayer en la noche, tratando de alejar a Alissa de mi mente, cosa que no fue en vano.

Maldita sea, que me has hecho Alissa. Me tienes como un crío nuevamente, fue una jugada del destino el que me la encontrará ayer en el club.

Cuando éramos críos recuerdo que me volvía loco su temperamento. A cualquier lugar que iba, imponía con su presencia, debo admitir que los años le han ido bien. Tiene muy buena figura y desde siempre ha sido guapa, sus ojos grises con un toque de azul en el fondo atrapan, y ni cómo negar que ha mejorado su técnica de imponer, en realidad le queda el apodo de niña perfección.

Hasta que mis cicatrices sangren oro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora