Capítulo 7 "Odín y Tormenta"

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Alissa

El relinchar de los caballos es lo que recibo apenas me adentro en las caballerizas.

-Dile que no se le acerque, tenemos un acuerdo y este se vence hasta que tenga la mayoría de edad. Y dile que no me llame ni me busque; no tenemos nada que hablar hasta entonces. -Mi padre cuelga el teléfono y puedo ver que se encuentra a lado de Odín.

Odín es un caballo de raza Akhal-Teke dorado e imponente, de los cuales se estima qué hay solamente mil doscientos cincuenta ejemplares.

- ¿Montamos?- Me dice mi Padre apenas me ve llegar.

-Me encantaría. Ya pido que me alisten a Tormenta. -Apenas terminó de decirlo soy interrumpida por el relinchar de Tormenta.

Tormenta ha sido mi bebé desde que tengo memoria, también es de raza Akhal-Teke una yegua de color dorado. Así es, dos de los mil doscientos cincuenta ejemplares los tenemos mi padre y yo.

-Cómo puedes ver ya no hace falta, sabía que aceptarías así que pedí que la prepararán.

-Gracias me ahorras el trabajo. Dame 5 minutos y vuelvo.

Me adentro a mi cuarto de la casa y me pongo la ropa que siempre necesito para montar.

Regreso enseguida pues realmente tengo ganas de montar a Tormenta, ya hace tiempo no lo hago, pues solo veníamos aquí de vacaciones y ahora podré venir diario.

-Y bien ¿una carrera? -Inquiere mi padre.

-Sabes que Tormenta hará trizas a Odín-Contesto con suficiencia.

-En tus sueños. Eso sonó a un acepto, así que quien llegue primero a este punto después de rodear el lago paga la cena.

-Me parece Justo. En sus marcas, listos, fuer...

Mi papá avanza montando a Odín, el muy hijo de su... perdón de mi abuelita, se adelantó, así que jalo la rienda de Tormenta y le hago un ademán para que avance.

Odín es buen corredor debo admitirlo y el que papá haya tomado ventaja les ayuda en gran medida, sin embargo, Tormenta nació para esto.

Dicen que cada cosa se parece a su dueño, bueno creo firmemente que Tormenta es consiente de lo que puede lograr, además de que siempre ha tenido un ímpetu de victoria y competencia igual o peor que el mío, por lo que alcanzamos a Odín en cuestión de segundos.

- ¡Eso es hacer trampa! ¡saliste antes! -Le reclamo a papá.

-Se le llama competencia por algo, además estamos solamente en unas carreras casuales, ósea sin reglas.

El muy hijo de mi abuelita tiene razón, pero no es justo, nada es justo en esta vida.

-¡¡No te distraigas!! ¡Siempre enfócate en ganar! -Mi padre pasa de mí junto con Odín y ya solo faltan 50 metros para llegar al punto inicial.

- ¡Vamos bebé, no me falles! -Le grito a Tormenta y esta suma velocidad alcanzando a Odín.

Vamos a la par. Faltan 10 metros para llegar.

-¡¡Vamos!!-Le gritó a Tormenta y esta suma velocidad, dejando por detrás a Odín y somos las primeras en llegar.

- ¡Si! ¡Sabía que no me fallarías mi bebé! -Comienzo a repartir caricias por todo el cuello y pelaje de Tormenta eufórica.

-Debo admitir que Tormenta le hace honor al nombre, se parece a la dueña.

-No quiero alardear, pero realmente le he heredado algunas cualidades mías. -Digo con sarcasmo y terminó riendo.

Hasta que mis cicatrices sangren oro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora