Capítulo 26 "Impurezas"

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Desconocido

Me pongo el traje de combate y me coloco las botas.

Salgo, mis hombres me siguen y les hago la señal para que entren por enfrente, yo iré por la parte trasera. Alissa se alertará con los primeros disparos y saldrá seguramente por ahí.

Comienzo a rodear la casa con dos hombres cubriéndome la espalda.

-Señor hay gente de Keops atacándonos, son demasiados. - uno de mis hombres me comunica por el radio.

- ¡Háganle frente! ¡Distráiganlos hasta que yo les ordene la retirada! ¡Para algo les pago! -Les contesto molesto por el aparato.

El que la gente de Keops esté aquí, solo significa una cosa...

Vienen a por mí...

Como lo pensé, Alissa apenas escucho los disparos salió por la entrada trasera.

-Vayan a por ella, la quiero viva. -Dictaminó.

Los hombres que me acompañan van a por ella y yo tomo el camino más largo para detener a Alissa si en todo caso llega a escapárseles a estos idiotas.

Rodeó la casa y me escondo detrás de una pared.

Alissa acaba de terminar con los dos hombres que la atacaron y no puedo creer que mi gente sea una inepta cuando de traer a una mujer se trata.

Salgo de mi escondite. Alissa se encuentra de espaldas, sostiene el cuchillo en sus manos y mira con atención sus manos llenas de sangre.

Sé que está teniendo un flashback del último día en que nos vimos... no me recuerda, no me conoce, sus pensamientos han hecho de mí un fantasma, un fantasma sin rostro que aparece en sus pesadillas. Eso decía el informe que leí hace unos años.

"No someter al paciente con situaciones estresantes, que puedan recordarle lo acontecido, será un electro shock directo a su sistema"

Verás tu pesadilla hecha real, el rostro que ha marcado tantas pesadillas para ti...

- ¿Recuerdos? -Le habló, se tensa y suelta el cuchillo que tenía en las manos.

El sonido del metal chocando en el suelo resuena en el espacio.

Veo como poco a poco gira, la veo pálida, ve sus manos y luego a mí.

-Tú...-Dice en un susurro inaudible. Me mira y su pecho comienzo a subir y bajar rápidamente.

-Tu pesadilla hecha realidad Alissa. - Le muestro una sonrisa perversa.

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Alissa

Corro por toda la casa, voy a por mis muñecas y salgo a jugar al patio trasero de mi casa.

Dylan se acerca con dos niños que son más grandes que nosotros, son mellizos.

-Hola Alissa...- El desconocido me uno me saluda. Su mirada es penetrante, al igual que su sonrisa y me provoca un escalofrío.

-Hola- le muestro una sonrisa y salgo de la habitación.

Hola Alissa, hola Alissa...

Mi mente empieza a jugar conmigo, es la misma voz que me persigue en las pesadillas... se repite demasiadas veces y comienzo a escucharla haciendo eco en mi interior....

Hasta que mis cicatrices sangren oro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora