Hasta que mis cicatrices sangren oro.

Capítulo 34 "3M59618C63"

Alissa

Han pasado dos días.

Días en los que me he perdido en completa oscuridad, estoy despierta, observo todo.

Dos días en los que no he hablado, no he consumido alimento. Dos días en los que solo he respirado y ya.

Mi ira se ha engrandecido hacia Liam, el sentimiento aumenta cada minuto qué pasa.

El doctor que ha estado cuidando de mí desde que tuve lo que ellos llamaron cuadro psicótico, ha decidido darme el alta.

Y repite exactamente lo mismo que había comentado el doctor pasado... "No la sometas a sucesos que puedan causarle estrés y con ello más recaídas".

Me hundo en mi mundo nuevamente, me duele el pecho. Me duele todo.  Me quito lo que más quiero y eso... eso lo pagará caro.

Me pongo de pie, ignoro a todos y me dirijo a la habitación que se me ha asignado desde que acepte ser la mujer de Liam.

Nada más con pensarlo, mi estómago se revuelve.

Tendré que dormir con el asesino de mi familia, por demasiado tiempo. Keops era mi única oportunidad para salir de aquí y lo he perdido.

De alguna forma... su muerte también me ha pegado, al final era mi padre, mi sangre y a pesar de que no hubo mucho contacto le tome cariño.

Alguien irrumpe en la habitación de manera sigilosa y mi rostro es total confusión.

-Alissa... no tengo tiempo. -Dice por lo bajo y voltea a ambos lados vigilando que nadie esté cerca. -te sacaré de aquí. -dictaminador y me da un beso en la frente.

Retrocedo ante el contacto.

- ¿Qué haces aquí Akín? -Hablo por primera vez en dos dias, y le pregunto confusa. Un flashback llega a mi, Marissa me lo advirtió. -Así que este mundo no era para ti ¿cierto? - recriminó molesta.

-Alissa...-Se escuchan pasos acercarse a la habitación y Akín comienza a ponerse nervioso. - ya te lo explicaré... te sacaré de aquí lo prometo. -Dictamina. -Tienes que acceder a todos los caprichos de Liam, Alissa tu oportunidad es manipularlo. -Los pasos se escuchan cada vez más cerca.

Akín corre a esconderse debajo de la cama.

Y no comprendo nada.

Mi mundo está de cabeza.

Liam entra sonriente a la habitación.

-Alissa- se acerca y ya no retrocedo, simplemente no le doy importancia. -Tengo un trato para ti. -Dice sonriente. -digamos que hoy se cumple el plazo de 48 horas. Afortunadamente, para ti, Desafortunadamente para mí, Kereem no viajaba en la camioneta. El día de hoy el poder será entregado a él, ya que tú no estás en condiciones en reclamarlo. Pero... estuve pensando porque no ir nosotros, al final es el momento en el que le entreguen el poder a tu hermano. -Dice con un tono burlón.

- ¿Qué planeas ahora estúpido? -Cuestionó sin emoción.

- ¿Ya hablas?-Cuestiona con burla - Mmmmm... ¿Decírtelo y arruinar lo que tengo? Nah. -Contesta con desinterés. -Lo que sí puedo decirte es que no durará ni cinco minutos con el poder. -Ríe.

Hago como si sus palabras no quemaran dentro de mí, no voy a permitir que jodan lo último bueno que me queda.

-Vete a la mierda. -Espetó con desinterés.

Inesperadamente, me toma sin previo aviso y me avienta sobre la cama.

Se pone encima de mí y me sostiene de tal manera que me impide moverme.