Capítulo 42 " Ax II"

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Alissa

Cuesta un poco de trabajo, acostumbrarme a la luz de mi alrededor cuando me quitan la capucha negra que cubría mi cara.

Ax no confía en mí, yo tampoco. Justo ahora no sé con quién estoy tratando.

-El jefe nos dio órdenes para tratarlos de la mejor manera, su gente está en el comedor. Me imagino que quiere verlos, sígame.

-Si quiero verlos. Pero según tengo entendido veré a tu jefe.

- ¿Disculpe? -El hombre de seguridad pregunta con gracia.

-Lo que oíste. -Digo con poca amabilidad.

-Creo que aún no comprendes...-se ríe. -Al jefe no le interesa verte ahora, él verá cuando. Por lo tanto, su salida queda pospuesta hasta que él así lo decida. -Dice el hombre y comienza a caminar en dirección desconocida.

Lo sigo, con la intención de ver a mi gente.

Bueno, el día de hoy no conoceremos al tal Ax, fantasma, cazador de mafiosos, y como él se definió el propio diablo.

Hace algunas semanas mi hacker me comentó que un tal Ax investigaba demasiado sobre mí, llegó a él y le pidió una reunión. No sé cuál sea su interés en mí, pero sé que quiere algo y por lo general en este mundo no suelen querer dinero... prefieren otro tipo de favores.

Al llegar al comedor encuentro a casi todos, nada más faltan mi hermano y Kefrén.

-Alissa, por fin llegas. -Tatiana se levanta rápidamente y se posiciona a mi lado. -Comenzaba a creer que esta gente comenzaba a mentirnos acerca de que tenía un trato contigo.

-Lo siento por venir hasta ahora, tenía un par de asuntos importantes. -la sonrisa de mi hija llega a mi mente y una sonrisa se dibuja momentáneamente en mi rostro.

-Uy si Kefrén estaba aquí necesito saber con quién te trae sonriendo así. -Tatiana me da una mirada pícara y trago duro.

Mientras menos sepan mejor.

-Que va, no es para tanto. Es un tipo que me encontré por ahí -Contesto con desinterés.

-Uy...

-Señorita, su hermano quiere verla. -Un mayordomo se presenta frente a mí, salvándome de la situación.

- ¿Puedo verlo yo también? -Tatiana me pregunta nerviosa y la miro curiosa.

-Supongo. -Digo con burla y comenzamos a seguir al mayordomo.

-Solo me preocupa cómo está la persona a la que cuido. -Tatiana se defiende nerviosa.

-Si claro, yo no he dicho algo. -Río,

-Pero sí que te has burlado. -Tatiana se irrita.

-Pues sí, porque veo a ambos interesados y no van a por el otro.

- ¿Interesados? -Tatiana pregunta nerviosa.

-Es demasiado obvio, se gritan a cada nada... ambos quieren llamar la atención del otro, pero el único lenguaje que conocen es el de atacarse. -Contestó con obviedad.

-A mí no me gusta. - Miente.

-Ten el coraje para admitir que te mueres por meterte con mi hermano. -Digo con burla.

-Eso quisiera él.

-Quisieran mamita. QUISIERAN. -Digo mientras ruedo los ojos.

El mayordomo me indica con la mano la habitación de mi hermano.

Hasta que mis cicatrices sangren oro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora