Capítulo 37 "Sunshine"

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Alissa

Me adentro apresuradamente a las bodegas que están en la mansión que mi padre me heredó.

Está muy grande y aún no termino de conocer todo el lugar, pues ni siquiera he tenido tiempo de recorrer la mansión.

Decidí venir sola, le ordene a Maslov quedarse en la mansión, no quería que estuviera presente cuando hable con Liam.

Me acerco a la puerta de las bodegas y les hago un ademán a mis hombres de seguridad para que abran la puerta.

La bodega está en completa oscuridad y gracias a que la puerta fue abierta entra un poco de iluminación al sitio.

Puedo apreciar desde afuera, como el cuerpo de Liam está suspendido, sus manos están atadas con cadenas al techo.

Me adentro en el sitio que ha permanecido a oscuras en toda la estadía de Liam, y pido que cierren la puerta y únicamente dejen la ventanilla abierta.

-Hasta que te dignas en aparecer. No me han traído ni agua ni comida... yo no te di un trato tan deplorable Alissa. -Dice con sarcasmo y la cabeza agachada.

Su tono de voz es casi inaudible, y me causa cierta satisfacción verlo a mi Merced.

-Hueles mal. -Hago una mueca de asco. -Creo que necesitas un baño. -Digo y me acerco a la ventanilla de la puerta.

-Necesito una cubeta de agua y lo que pedí que me prepararan hace un rato. -ordeno para uno de mis hombres de seguridad, quien acata la orden y va por lo que le he pedido.

Dirijo mi atención hacia Liam nuevamente.

-Aceptaré tu trato, pero tendrás solamente 8 horas. Si después de eso no me entregas el maldito antídoto de lo que metiste en mi sistema. Tu hermanito se muere. -Levanta la cabeza por primera vez desde que llegue y me mira confuso.

-Dylan es un idiota como estratega, -continuó- desde que ha estado contigo lo he vigilado. Sabía que causaría problemas... lo del secuestro fue un daño colateral. Te lo perdonó. -Mencionó con un tono cargado de ironía. -Pero la muerte de mis padres no. ¿Has escuchado el dicho de ojo por ojo? Bueno, por el momento llevo la delantera. Justo ahora tengo la localización del hotel donde se hospeda Ramstes y tu hermanito Adam. -Le ofrezco una sonrisa perversa.

-No eres capaz Alissa, eres tan moralista que ni siquiera podrías tocar a David. - espeta con sarcasmo.

-Pensé que dirías eso... -me levanto y me dirijo a la puerta. El guardia me abre y me pasa un fierro al rojo vivo con la caja que causa en mí náuseas con saber lo que hay dentro.

Liam me mira entrecerrando los ojos.

-Alissa me asombras un poco... pero ese fierro no me intimida. -dice con arrogancia.

-Lo sé, pero digamos que es un favor por otro... en la mañana David marco a uno de los míos con un fierro exactamente igual a este. -levanto ligeramente el fierro que permanece en mi mano.

Uno de los hombres de mi seguridad se acerca y rompe los botones de su camisa, quedando expuesto para mí.

Liam me da una mirada de incredulidad. Cree que no lo voy a hacer. Levanto el fierro y lo adhiero a su piel, causando que el grito de Liam resuene por toda la bodega, lo dejo por varios mientras la satisfacción corre en mi sistema, no me basta quiero más. Necesito verlo sufrir un poco antes de que suponga que estamos a mano.

Retrocedo y le entrego el fierro a uno de mis hombres.

La respiración acelerada es el único sonido que percibo de Liam.

Hasta que mis cicatrices sangren oro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora