Ese día despertó temprano.
Los sirvientes estuvieron desde la tarde anterior moviendo sus cosas desde su habitación hacia la nueva alcoba.
Se sorprendió mucho cuando su padre le comunicó el cambio. Era extraño porque en su vida anterior, no se le había permitido la mudanza hasta los trece años y no sin antes llorar y suplicar.
Esa mañana, el marqués le había mandado a llamar a medio día de forma urgente y se le comunicó la noticia de que uno de sus regalos de cumpleaños, sería el cambio de habitación.
A los sirvientes les había costado un montón mover todas las cosas de su vieja alcoba. En parte esto era debido a la gran montaña de regalos que había acumulado durante estos últimos dos años gracias a Raven. El chico llegaba con muchos obsequios cada vez que visitaba la mansión, además para cada uno de sus cumpleaños anteriores, había enviado carruajes llenos de regalos durante siete días.
La relación entre ellos había mejorado un montón. Le tomó un tiempo acostumbrarse a la idea de que este Raven y el de su vida pasada eran personas diferentes. Fue aún más difícil porque sentía malestar cada vez que él se le acercaba. Era como si alguien recorriera su cuerpo con garras filosas y frías constantemente. A veces el sentimiento era tan persistente que se quedaba rondándola por días después de que él se iba. Estaba segura de que el chico era consciente de esto, pero por alguna razón fingía no estar enterado.
Se había anunciado que la llegada de los Green, sería un día antes de su fiesta de cumpleaños. Se sentía un poco emocionada por verlo. Raven no había visitado el Marquesado durante los últimos dos meses, esto debido a su pronto ingreso a la academia. Él le había escrito acerca de cómo su padre lo había estado instruyendo sobre como sería la vida en la escuela.
El ingreso sería dentro de al menos dos meses, después de su cumpleaños número diez, a principios de marzo. Actualmente, estábamos a finales de noviembre, aún faltaban cuatro días para su fiesta y un poco menos de dos meses para el cumpleaños número diez de Raven.
Tuvo que esperar hasta que los sirvientes terminaran de preparar su nueva habitación para poder ingresar. Ella había dado instrucciones específicas sobre que colores usar y que muebles poner. Se sintió agradecida de los dioses cuando abrió la puerta y la habitación lucia tal y como ella había imaginado. Era un lugar mucho más espacioso que el cuarto que tenía antes. Se había decorado todo, desde el papel tapiz hasta las cortinas de las altas ventanas, con tonos verdes y blancos. Los muebles eran de un color caoba oscuro. Había una puerta enorme que daba a una habitación continua donde se guardaban toda su ropa y accesorios.
El cuarto estaba muy bien iluminado y cuando los rayos del sol atravesaban las cortinas daba una sensación de frescura, semejante a estar bajo un árbol.
Lottie se quitó los zapatos y se lanzó a su nueva cama, sintió la suave briza filtrándose por su ventana y se durmió plácidamente.
Un par de horas después, el sonido de alguien llamando a su puerta la despertó. Afuera ya estaba oscureciendo y su habitación estaba llena de sombras. Se paró y abrió la puerta con precaución después de que nadie respondiera cuando preguntó quién llamaba.
Lottie se quedó muda cuando abrió y la figura delgada de un niño apareció de la nada. Se quedó mirando sus ojos rojos por un rato hasta que al fin pudo soltar palabras.
— ¿Raven?
El chico lucía un poco incómodo por la incredulidad en el rostro de su amiga, pero una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro mientras le alargaba la mano.
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La única salida es amar al villano
RomanceCharlotte creció para ser amada y adorada como la única hija del Marques Raphelle pero sus sueños se destruyeron el día en que fue traicionada por su gran amor para despues ser asesinada sin piedad por el Duque Green. "¿Donde estoy? ¿Por qué mi cuer...