Capítulo 66 Intenciones.

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Venessa salió lo más rápido que pudo del salón, atravesando el gentío con la cabeza agachada sin atreverse a levantarla.

El chico de ojos rojos la había rechazado, declarándose abiertamente, como pareja de la hija de los Raphelle.

Las cosas no podían pintar peor.

Había planeado acercarse al joven duque y engatusarlo para que bebiera la poción de Luminius y así, lograr usarlo desde una edad temprana, pero sintió que las cosas iban mal desde que percibió la manera en que este la miraba. Trato de fingir en vano que no se había dado cuenta del temblor en el cuerpo del muchacho ni de su mirada llena de terror.

"Es como si sospechara algo..."

Venessa detuvo su andar. Los murmullos y las burlas habían quedado atrás hace mucho tiempo dando paso al silencio. En medio del pasillo solo se podía escuchar el sonido de su respiración.


— Es imposible...


Su murmullo fue casi inaudible.


— ... Si el muchacho supiera quien es el "devora dioses"... Yo ya no estaría aquí.


'Tap-tap.'

Los pasos hicieron eco en el pasillo deshabitado, deteniéndose a sus espaldas.


— ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?


Venessa se dio vuelta lentamente, escondiendo rápidamente sus preocupaciones tras la misma mascara de niña buena.


— Lo siento, me perdí...


Una sonrisa apareció en su rostro al mirar los ojos celestes del joven.


— Príncipe heredero...


"Es una buena oportunidad después de todo."

La chica hizo una reverencia elegantemente y dio unos pasos hacia el muchacho.


— ¿Quién...?


Los ojos de Caster se abrieron sorprendidos cuando vio el rostro de la chica frente a él.

Un vago recuerdo de su niñez llegó fugazmente a su cerebro y desapareció en el mismo instante, dejándole la sensación de haber tenido un déjà vu.

Oculta entre las sombras del pasillo, la mujer, que estaba pobremente iluminada por la luz que emitía la luna al filtrarse por los enormes ventanales, caminaba tranquilamente hacia la figura del joven príncipe, que continuaba de pie mirándola con una expresión extraña en el rostro.


— Ha pasado bastante tiempo, ¿no crees?

— ¿Qué estás haciendo?


La chica continuaba observándolo con fascinación, mientras acariciaba una de sus mejillas.


— ¿Sigues ahí?


Caster sintió un tirón en su estómago cuando la chica pelirroja pronunció las palabras y entonces su visión se nubló por completo.

La única salida es amar al villanoWhere stories live. Discover now