El rostro de Raven estaba grabado en su cabeza.
Aun con los ojos cerrados podía ver su mirada en blanco con esa expresión de terror. Sus labios agrietados que intentaban decir algo, sus ojos rojos abiertos como platos, su cabello negro azabache desordenado como siempre y su cuerpo delgado temblando mientras sentía la sangre mojando su vestido de compromiso a la vez que el frío comenzaba a calar sus huesos.
La sensación era tan vivida y aun así, la percibía tan lejana.
Sabía que sus ojos estaban cerrados y le pesaban tanto que se le hacía imposible abrirlos. En su corazón, tenía la esperanza de que todo hubiera salido bien.
Quizás el príncipe había usado su magia para sanar su herida a tiempo. Tal vez cuando abriera los ojos, Caster estaría a su lado tomando su mano y cuidándola amorosamente mientras se recuperaba. Por su puesto, Raven habría sido encarcelado para luego ser ejecutado. No podía atacar a la prometida del príncipe y no obtener ese castigo.
Lo sintió un poco por Liam, ella sabía muy bien lo mucho que ese chico admiraba a Raven y probablemente sería el único quien lloraría su muerte.
Sentía su cuerpo flotando con cada respiración que daba. Si estuviera muerta, eso no sería posible, ¿verdad?
Los pensamientos de días lejanos llegaron a su mente de a poco. El rostro del chico pelinegro se superpuso con el recuerdo de su niñez. Su cara llorosa no había cambiado a pesar de los años.
La imagen de ese Raven llorando se desvaneció de a poco y la oscuridad reemplazó aquel rostro agonizante.
El calor repentino de una mano apretando la suya y una respiración pesada en su oído, llamaba su atención.
Abrió los ojos de golpe a la vez que levantó su cuerpo rápidamente cuando pensó que podría ser la mano de su amado príncipe.
"¿Caster?"
Miró todo a su alrededor con la cara pálida. Aún era de noche, así que no pudo ver muy bien a pesar de que la luz de la luna se filtraba entre los pliegues de la cortina. Tuvo que esperar un poco para poder ver alrededor de la habitación. Era un cuarto que conocía bien, vivió en él hasta los 13 años, cuando su padre le permitió tomar otra alcoba.
Todo estaba ahí. El tocador pequeño con el borde del espejo trizado; Se había roto después de que ella arrojara uno de sus zapatos en una de sus rabietas luego de que Raven cortara un mechón de su cabello. Los cuadros y el escritorio donde solía jugar a que escribía cuentos para su hermano mayor. Todo seguía en el mismo lugar, como en una historia de terror.
Se estremeció al sentir el agarre de una mano pequeña entrelazada con sus dedos. Miró la cabeza de cabello negro y rizado, quien tenía los ojos fuertemente cerrados mientras sujetaba su mano derecha con ímpetu.
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La única salida es amar al villano
RomanceCharlotte creció para ser amada y adorada como la única hija del Marques Raphelle pero sus sueños se destruyeron el día en que fue traicionada por su gran amor para despues ser asesinada sin piedad por el Duque Green. "¿Donde estoy? ¿Por qué mi cuer...