—Disculpe, doctor Jefferson —murmuro y acomodo el estetoscopio el mi cuello—. Pero no podía escuchar bien el corazón del niño —observo a mi hermana y ella se disculpa con la mirada.
—Debes entender que la señora debe de estar nerviosa —ruedo mis ojos—. Ahora bien, ¿Quién es este niño? —observa a mi hermana.
—Matthew Danvers —en ese momento me observa y sé lo que está pensando pero no voy a decir nada.
—¿Y qué sucedió con el niño? —observo a mi hermana para que responda.
—Estaba bajando con él por la escalera, mi pie resbaló y se me cayó golpeando la parte de adelante de su cabeza —limpia las lágrimas de sus mejillas.
—Traumatismo con pérdida de conocimiento minutos después —aclaro observando a mi sobrino inconsciente.
—Bien —toma una hoja para un nuevo expediente y escribe todo lo dicho—. Lombardi, lleva al niño a una TAC de urgencia —Tamara se acerca deprisa y se lleva al niño en la camilla—. Le pido que vaya a la sala de espera y aguarde por noticias —le habla a mi hermana y luego me observa a mí—. Tú, vienes conmigo —comienza a caminar y le sigo.
Terminamos nuevamente en la sala donde se encontraban todos los pacientes post operatorios de neurología.
—¿Por qué volvimos aquí? —cruzo mis brazos sobre mi pecho.
—Porque no estarás en el caso de tu hijo, está rotundamente prohibido atender a un familiar —muerdo mi labio inferior fastidiada—. También quiero que mejores tus modos, porque la forma en la que le hablaste a la mujer estuvo totalmente fuera de lugar —gruñe.
—Primero que nada —lo observo—. No es mi hijo, es mi sobrino —refunfuño—. Segundo, la mujer es mi hermana y necesitaba oír el corazón de mi sobrino para decirle a ella como estaba —lo observo con rabia.
—Perfecto, como tú lo quieras —asiente serio—. De igual forma no atenderás su caso por ser familiar, ve buscando otra cosa que hacer o mejor acompaña a tu hermana —se va dejándome allí.
Camino hacia la sala de espera y veo a mi hermana sentada allí a poco de comerse los dedos enteros por los nervios, así que decido sentarme a su lado.
—Quiero disculparme por la forma en como te grite en la sala de urgencias —murmuro observándola.
—No debes disculparme, estoy muy alterada y debí mantenerme callada —solloza—. Discúlpame tú a mí, hice que te llamarán la atención —no respondo simplemente la abrazo.
Ella me corresponde y llora sobre en mi hombro.
—No debí haber bajado las escaleras con él, pero tenía miedo porque un hombre me tuvo secuestrada y en el momento que me dejaron libre, decidí que debía salir de esa casa pero sucedió esto —explica.
—Tranquila, ya estás aquí —susurro recordando todo lo que Ethan me había dicho—. Ahora lo importante es Matthew, ¿sí? —ella asiente.
Se aleja de mí y la observo, coloco mis manos en sus mejillas y con mis pulgares limpio sus lágrimas.
—¿Por qué tú no estás con Matthew? —cuestiona confundida.
—Soy familiar de Matthew y los doctores no podemos atender a nuestra familia, es la regla —hago una mueca.
—¿El baño? —cuestiona tomando su bolso.
—El pasillo este que hay enfrente a nosotras, camina hasta el fondo y a la izquierda están los baños —asiente y camina.
Decido ir hacia el área dónde están los negatoscopios, al ingresar veo a Tamara y el doctor Jefferson observando una radiografía.
—¿Qué estás viendo en la imagen, Lombardi? —cuestiona Jefferson algo cansado.
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CÓDIGO AZUL © [+18]
Romance-Dijiste que esto no volvería a suceder -hablo mientras me coloco la blusa. -Bien dijiste, lo dije -observa mis ojos-. Tiempo pasado, Danvers -planta un beso sobre mis labios y me sonríe. -Esto es un error, tú eres mi jefe -digo sosteniendo mi cabel...