Abro mis ojos con pesadez, estiro mi brazo esperando a encontrarme el cuerpo de Max, pero solamente toco las sábanas frías. Tomo asiento en su cama, pero cubro mis pechos con las sábanas.
Analizo el dormitorio de Max, pero no parece estar aquí; así que, diviso mis bragas para luego levantarme y colocarmelas, también me pongo la camisa de Max que estaba tendida en el suelo. Me hago un rodete rápido y me dirijo hacia el baño, parece que estuvo aquí porque hay algunas gotas por el vapor en el cristal de la ducha.
Mojo mi rostro y cepillo mis dientes con el cepillo que él había dejado para mí cuando me quedara aquí. Luego de hacer pis y secarme la cara, decido salir de la habitación para prepararme un café.
Bajo las escaleras y aún no hay rastro de Max. Me paso la mano por el rostro e ingreso a la cocina, pero me asusto al encontrarme a Dylan allí sentado.
—Tampoco soy tan feo —ríe por lo bajo y me observa.
—Creí que estaba sola —niega—. Me imaginaba que habías vuelto a San Francisco... —murmuro.
—Aún hay cosas que resolver aquí —da un sorbo a su café—. Hay café ahí —señala la cafetera—, aún está caliente —tomo una taza y vierto el líquido oscuro ahí dentro.
Le coloco dos cucharaditas de azúcar y tomo asiento frente a Dylan.
—¿Y tu hermano? —bebo de mi café.
—¿Ya estás de novia controladora? —alza una de sus cejas.
—No —respondo rápidamente—, no soy así... —suspiro.
—Estoy bromeando —mueve sus ojos de forma chistosa—. Mi hermano salió temprano porque tenía que hacer algo antes de ir al hospital —unta mantequilla en una tostada.
—¿Eso tiene que ver con Ashley? —levanta su mirada de la tostada y permanece en silencio.
—¿Quieres la tostada? —me extiende la tostada y yo la tomo.
—No me cambies de tema, Dylan —lo señalo con mi índice—. ¿Fue con Ashley?
—Sí... —suspira—. Esa mujer se ha vuelto cada vez más insoportable, parece que no madura nunca y eso que está próxima a los 40 años —se acaba su café.
—¿Tú estás bien luego del accidente? —intento no pensar que en la pelirroja.
—Eso te lo tendría que preguntar yo a ti —cruza sus brazos sobre la encimera—; a ti te operaron y aún sigues en recuperación hasta el lunes, yo solamente me disloque el hombro, tuve heridas y golpes —suelto una pequeña risa.
—Estoy perfectamente aburrida —tras decir eso él ríe—. No entiendo a esa gente que les gusta estar encerrados en su casa, es muy aburrido —bufo.
—Tú te la pasas encerrada en el hospital —se encoge de hombros.
—Pero allí hay adrenalina —le guiño.
—Y vómitos también —hace cara de asco—, mucha sangre... —saca su lengua.
—En tu trabajo también hay sangre —muerdo la tostada.
—Pero no me explota en los zapatos —señala y en eso suena el timbre.
—¿Esperas a alguien? —lo observo confundida.
—Nadie sabe que estoy aquí más que mi hermano y tú, pero el servicio policial de aquí no cuenta —vulve a sonar el timbre.
—Parece importante —me levanto con la intención de abrir la puerta, pero Dylan me detiene—. ¿Qué te pasa?
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CÓDIGO AZUL © [+18]
Romance-Dijiste que esto no volvería a suceder -hablo mientras me coloco la blusa. -Bien dijiste, lo dije -observa mis ojos-. Tiempo pasado, Danvers -planta un beso sobre mis labios y me sonríe. -Esto es un error, tú eres mi jefe -digo sosteniendo mi cabel...