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—¡Pero me siento bien! —exclama Jackson sentado en la cama—. Y quiero ir a verla —lo observo con detenimiento.

—Estás muy débil, Jack —repito por enésima vez—. No quiero arriesgarme a que la pases mal al sacarte de casa —Jackson se levanta y me enfrenta.

Ya había comenzado a perder gran parte de su cabello y se veía bastante demacrado.

—Me siento bien, Kika —dice en forma lenta—. ¿Puedes dejar que te acompañe a visitar a Tania, por favor? —pone cara de perrito mojado.

—¿Y si te caes? —coloca sus ojos en blanco—. ¿Si acabas desmayado?, ¿o vomitando? —me sujeta por los hombros.

—Karen, me voy a morir estando encerrado aquí y será peor —fija sus ojos en los míos—. ¿Puedo acompañarte? —cierro mis ojos un momento, pero los vuelvo a abrir.

—Está bien —sonríe—, pero si te comienzas a sentir mal o necesitas volver me lo dices, ¿de acuerdo? —él asiente.

—Sí, señora —hace un saludo militar.

—Me recuerdas a Matt —tomo el bolso que mi tía me había entregado con ropa para Tania—. Vamos que te ayudo —intento ser el soporte para él, pero niega.

—Caminaré como una persona normal, Kika —asiento.

—Pues vamos —camino hacia la sala y le espero en la puerta.

Tomo mi teléfono y busco el contacto de Tyler.

"Karen: ¡Muy feliz cumpleaños, Ty! 🎉
Te deseo las mejores cosas para ti. Nos vemos esta noche <3"

Envío el mensaje y responde rápidamente.

"Ty: ¡Muchas gracias, rubia!
Te veo esta noche ;)"

Sonrío para luego guardar mi teléfono y ver a Jackson junto a mí.

—¿Listo, Jack? —él asiente.

—Siempre —abro la puerta y espero a que salga para cerrar con llave.

Subimos y esperamos a que el ascensor baje, no dejo de observar a Jackson en ningún momento.

—Kika, estoy bien —me repite una vez más.

—Me preocupas, Jackson —él me abraza por los hombros—. Preferiría que te quedes descansando —le oigo suspirar.

—Solamente quiero ver a Tania —lo observo con detenimiento.

—¿Por qué tienes tantas ansias de verla?

—¿Nunca te dijo nada? —arrugo mi entrecejo.

—¿Decirme que?

—Creo que le correspondería a ella decirte... —murmura y niego.

—Tú eres mi mejor amigo —le recuerdo—. Así que, habla ahora —las puertas del ascensor se abren y bajamos para ir hacia el coche.

Comienzo a conducir cuando veo que ya tiene el cinturón de seguridad puesto.

—Mejor habla en el camino, tenemos tiempo —le digo conduciendo con tranquilidad.

CÓDIGO AZUL © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora