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Le entrego el expediente del hombre que acabo de atender a Sanders y ella lo toma de mala gana.

—Habla, Danvers —habla con brusquedad.

—¿Qué quiere que le diga? —respondo de la misma forma—. En cuanto mencione algo no lo atenderá porque no verá solución alguna a su diagnóstico, igual que hizo con la señora Lidia —ella suspira.

—¿Cuál es el diagnóstico, Danvers? —me da una mala mirada.

—Cáncer de páncreas etapa dos —hablo con lentitud—. Se extiende con lentitud hacia su hígado —asiente.

—Que le hagan radiografías, más análisis y lo agendan para sus quimioterapias —escribe en el expediente—. Luego se verá si son necesarias las radiaciones —me observa—. Esperemos que este paciente coopere —hace una mueca y le entrega el expediente a la enfermera.

Me observa de pies a cabeza y luego se va como si estuviese en un desfile de modelos.

—Ojalá se le rompa el tacón —murmuro y la enfermera ríe.

—Es la más odiosa —menciona ella y asiento—. Siempre se cree la mejor y lo único que hace es acostarse con todos los cirujanos —habla con velocidad.

—Totalmente de acuerdo —suspiro—. Debo seguir trabajando, adiós —ella asiente y yo voy hacia urgencias.

Pero en mi camino alguien me mete en una habitación de suministros para luego pegarme a la pared con violencia y besarme con urgencia.

Quito el cuerpo de encima mía y es Ethan.

—Me hacías falta, nena —susurra y comienza bajar mis pantalones junto con mis bragas—. Necesitaba follarte con urgencia —baja sus pantalones junto con su ropa interior.

Me voltea, de forma que mi rostro queda contra la pared de la habitación y de un brusco movimiento su miembro se encuentra completamente dentro de mí.

Se mueve de forma rápida y violenta, tanto que mi vagina comienza a arder demasiado. Cierro mis ojos con fuerza por el dolor que recorre mi cuerpo y le oigo jadear contra mi oído.

—Eres exquisita, cariño —muerde mi cuello y sus embestidas se vuelven aún más rudas—. Me has vuelto adicto a tu cuerpo, nena —gruñe.

Él no deja de moverse con total violencia; una de sus manos azota mi trasero y contengo un grito de dolor.

—Estoy completamente loco por ti —gime clavándose en mí y llenándome por completo.

Aprieto mis ojos con fuerza y un par de lágrimas resbalan por mis mejillas.

Puedo oír como sube sus pantalones y se acomoda la ropa para luego colocarse a mi costado. Pasa su lengua por mi mejilla y luego la atrapa entre sus dientes.

—Siempre logras satisfacerme, nena —ríe.

—Eres un asco —hablo entre dientes provocando que él me observe con rabia.

—¿Qué fue lo que dijiste? —murmura cerca de mi oído.

—Que eres un asco —repito con odio—. Me das asco, eres un completo cerdo y un puto sociópata —nada más terminar comienza a golpearme.

—Seré lo que sea pero tú eres de mi pertenencia —detiene sus golpes y me agarra por el cuello con violencia haciendo que mis ojos se claven en los suyos.

—Acabaré contigo, Ethan —menciono con dificultad y él ríe para luego soltarme.

Sale de la habitación de suministros dejándome desnuda de la cintura para abajo. Me encojo en mi lugar para abrazarme a mis piernas con fuerza y dejar que varias lágrimas escapen.

CÓDIGO AZUL © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora