CÓDIGO AZUL © [+18]

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Hoy es un día normal de trabajo en el hospital, estoy en el área de postoperatorio; así que, me encuentro controlando la saturación de cada uno y realizando los cambios de vendajes y cuidados necesarios.

Todo parece marchar bien, pero nunca hay que confiarse demasiado porque cualquier cosa puede suceder.

Ingreso a la habitación de una paciente que se le extirpo un aneurisma, sí, estoy en el postoperatorio de neurología.

La paciente está dormida pero su esposo se encuentra sentado junto a ella; así que, mientras controlo los niveles de saturación y demás hablo con él.

—Buenos días, señor Smith —lo veo cansado.

—Buen día, doctora —bosteza.

—¿Sabe si su esposa ya se siente mejor? —niega—. ¿Aún no ha despertado?

—Todavía nada —hace una mueca—. ¿Eso es normal?

Saco la linterna del bolsillo de mi bata y hago una evaluación a sus pupilas.

*No hay reacción ante el estímulo de luz.*

—Bien —suspiro—. En un momento vuelvo, señor Smith —asiente algo preocupado y besa la mano de su esposa.

Salgo de la habitación y me acerco a la recepción donde está Carmen, una enfermera.

—Carmen —ella me observa sonriente—, ¿sabes dónde está Jefferson? —asiente.

—Está a punto de entrar a cirugía, en el quirófano 3 —lo guardo en mi memoria.

—Muchas gracias, Carmen —me encamino hacia el área de lavado del quirófano, siempre está allí antes de una cirugía.

Voy lo más rápido que los ascensores y personas por los pasillos me lo permiten, decido subir por escaleras porque será más rápido. En cuanto llego le veo observando cómo preparan el quirófano.

—Doctor Jefferson —menciono exhausta y me sostengo de mis rodillas.

—¿Estás bien, Danvers? —asiento tratando de recomponer mi respiración.

—Su paciente de aneurisma... —suspiro.

—¿Smith? —asiento—. Imagino que ya debe estar despierta —hago una mueca y me observa sorprendido—. ¿Cómo que no?

—Su esposo me dijo que aún no había despertado —me escucha con atención—; examiné sus pupilas pero no reaccionaron ante la luz, su saturación era normal... —me interrumpe.

—Debes tenerla bajo control mientras yo esté en cirugía —asiento—. En cuanto salga la examinaré —informa.

—Bien, doctor —me volteo dispuesta a salir.

—Danvers... —volteo hacia él.

—¿Sí, doctor?

—Luces radiante hoy —lo observo confundida.

—Estoy igual que siempre —da un paso hacia mí.

—¿Tu sobrino? —cambia de tema abruptamente.

—En la guardería —asiente—. ¿Por qué?

—Necesitamos continuar con la planificación del estudio clínico y te necesito —mi mirada se detiene sobre la suya.

—Luego de que vea a la señora Smith podemos seguir con eso en el laboratorio —menciono y salgo de allí.

|| ... ||

Cambio la bolsa de suero de el último paciente que se encontraba en el postoperatorio.