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Siento como alguien se mueve a mi lado; así que, abro los ojos y veo que Max se está acomodando en la cama.

—¿No estábamos en la sala? —me siento en la cama.

—Sí, pero te quedaste dormida —acomoda mi cabello.

—¿Matt y Tyler? —recuerdo que ellos también también estaban en la sala e intento levantarmd de la cama para buscarlos.

—Tyler me ayudó a organizar la sala y luego se fue a su apartamento, no peleamos, tranquila —acaricia mi espalda—. A Matt lo dejé en su cama porque estaba dormido, Jackson llegó hace horas, también duerme, y tú te quedaste dormida sobre mi hombro; así que, te traje a tu habitación. ¿Necesitas saber algo más, Danvers? —lo observo con detenimiento.

—Sí —suspiro y me escucha atento—, ¿tú que haces en mi cama?

—Voy a dormir con mi novia —yo niego.

—Aún estoy enojada —me envuelve entre sus brazos y me pega a su cuerpo, trato de alejarme, pero es imposible—. Quítate, Max —bufo.

—Sé que tengo que confiar en ti y, créeme, lo hago —besa mi frente—. Confío más en ti de lo que confiaba en Ashley, pero soy un hombre demasiado inseguro aunque no lo creas, rubia —levanto mi cabeza y él ya me estaba observando.

—Yo confío en ti aunque cuando nos conocimos eras un prostituto —ambos reímos.

—Ya no soy un prostituto, estoy solamente contigo —apoya su barbilla sobre mi cabeza.

—Estoy confiando en ti, Jefferson —siento como asiente—. Y gracias —balbuceo.

—¿Por qué me agradeces?

—Por lo de hoy en la tarde, creí que saldrías corriendo al ver a Tyler o que lo golpearias —hace un sonido con sus labios—. Ambos son importantes para mí y no me gustaría que peleen —acaricio su pecho.

—Intento ser un mejor Max Jefferson —yo asiento y beso sus labios.

—Es una muy buena versión —sonrío.

—¿Ya no estás enojada? —suelto una leve risa.

—No tanto como en ese momento —me acomodo entre sus brazos—. Pero deberá controlar sus celos, Dr. Jefferson —lo señalo con mi índice.

—Lo prometo, Dra. Danvers —me sostiene por la nunca y une sus labios a los míos en un beso intenso, el cual correspondo.

|| ... ||

Observo como William ayuda a que Carmen se coloque su abrigo, ya que afuera está nevando a montones, típico de época navideña.

Voltea hacia nosotros y nos sonríe.

—No me vean así, chicos —aprieta sus labios—. Les prometo que sabrán de mí, no estén tristes y continúen haciendo tan bien su trabajo. Son maravillosos —besa nuestras mejillas.

Se vuelve a acercar a su camilla y nos entrega una bolsita roja a cada uno, también nos da una extra.

—La tercera es para Emma, también estuvo muy atenta —Will besa la coronilla de Carmen.

—Podrás contar con nosotros cuanto necesites, Carmen —sujeto su mano.

—Y nosotros también tenemos un obsequio para ambos —Daniel me entrega su bolsa y sale de la habitación.

—No es necesario que se molesten, niños —me observa y yo le sonrío.

—Para nosotros no es molestia —relamo mis labios—. Queremos que nos recuerdes de la mejor forma y también que continúes luchando por tus sueños. Además, es una forma de mantener los recuerdos vivos —utilizo un tono suave tratando de no volver a llorar como en los días anteriores.

CÓDIGO AZUL © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora