Llevo la tostada a mi boca a la vez que tomo mi bolso y llaves para finalmente salir corriendo de mi apartamento.
Subo a mi coche para comenzar a conducir con rumbo al hospital. Por suerte no había atasco como el primer día de trabajo, por lo cual, no me demoro más de treinta minutos en llegar.
Estaciono el coche para luego bajar y entrar al hospital corriendo. Llego hacia los vestidores, guardo mis pertenencias y comienzo a cambiarme.
Cierro el locker y salgo de los vestuarios pero Sanders encimada a Jefferson tratando de llamar su atención, me detiene el paso.
—Esto tiene que ser broma —murmuro.
—Vamos, Max —sus dedos acarician el labio de Jefferson—. Sé que tú quieres —le sonríe coqueta.
—Anastasia —musita el rubio—, dejé muy en claro que sólo sería una vez y esa vez ya pasó —aclara firme.
—La pasamos bien aquella vez —se acerca a sus labios—. Es necesario revivir viejos momentos, cariño —siento repugnancia.
Salgo del lugar en el que me encontraba y me coloco a un lateral de ellos.
—Lamento interrumpir su momento romántico —finjo tristeza en mi voz—. Pero les quería informar que en unos minutos todos los residentes e internos vendrán a los vestuarios —Sanders me observa—, digo, si es que quieren mantener su romance en secreto deben saber hacerlo —les sonrío falsamente y Jefferson me observa directamente a los ojos.
—¿Qué haces aquí, Danvers? —suelta Sanders de forma odiosa.
—Por lo que veo, cuidando que no los despidan —ella ríe—. ¿Hice algún chiste, doctora Sanders? —dirijo mi mirada hacia ella.
—Me causa gracia tu envidia —ruedo mis ojos mientras que niego con la cabeza y por el rabillo de mi ojo noto como Jefferson ríe.
—Usted ya tuvo mi respuesta a eso, doctora Sanders —hablo entre dientes y ella frunce sus labios para luego desaparecer.
—Llegas tarde, Danvers —le observo seria.
—Tuve unos pequeños inconvenientes —hago una mueca y asiente.
—Segunda vez que llegas tarde desde que iniciaste —me recuerda y asiento—. Adoras ser impuntual —eleva su ceja.
—Eso fue su culpa —finge confusión—. La próxima vez que vaya a mi apartamento procure no ser tan desastroso —susurro de forma casi inaudible.
—La que debería de tener envidia es Sanders a ti —murmura observando mis labios—. Ya he perdido la cuenta de las veces que hemos estado unidos piel con piel —sonrío de lado.
—Debo trabajar —susurro y voy a urgencias.
Siento como alguien me toma por la muñeca y me jala hacia una sala de trauma.
Frente a mí está Tamara con un semblante confuso.
—¿Por qué me traes así? —cuestiono quitando mi muñeca de entre sus dedos.
—Quería decirte algo en el bar la otra noche pero lo olvidé —la observo esperando a que continúe hablando—. Creo que esa noche vi al doctor Jefferson en la barra...junto a ti —susurra lo último.
—Estás alucinando, Tammy —suspiro.
—Pero es que juro haberlo visto, no estoy loca —sonrío burlona.
—Veamos —hago una pausa pensando que diré—. ¿Tú piensas que un cirujano profesional se daría el lujo de salir a beber con todo el trabajo que debe tener? —ella muerde su labio inferior.
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CÓDIGO AZUL © [+18]
Romance-Dijiste que esto no volvería a suceder -hablo mientras me coloco la blusa. -Bien dijiste, lo dije -observa mis ojos-. Tiempo pasado, Danvers -planta un beso sobre mis labios y me sonríe. -Esto es un error, tú eres mi jefe -digo sosteniendo mi cabel...