CÓDIGO AZUL © [+18]

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Siento cosquillas sobre mi mejilla, pero lo ignoro. Luego las cosquillas son en mis labios y me despierto de un susto.

—¿Quién eres? —me abrazo a la cobija y veo a Jefferson frente a mí—. Es usted, doctor Jefferson —restriego mis ojos.

—No quería despertarte —niego y me percato que llevo su cobija, la cual dejo en el sofá—. No necesitas quitarte eso —vuelve a colocarla sobre mis hombros.

—¿Por qué quería hablar conmigo?, ¿es sobre Linda? —niega—. ¿Entonces para qué?

—Te vi mal, Danvers —me levanto del sofá.

—Usted y yo sólo podemos mantener charlas laborales —intento irme, pero me detiene.

—Si tú estás mal no puedes trabajar de la forma adecuada —asiento lentamente—. Solamente quiero lo mejor para el hospital —suelto una carcajada seca.

—Pues no se nota —me observa confundido—. ¿De verdad elegiste a Leila para reemplazarme en el estudio? —desvía su mirada.

—No tuve opción —abro mis ojos fingiendo sorpresa.

—Claro —muerdo mi labio—, es preferible acostarse con una residente y darle un lugar en un estudio clínico importante, que estudiar y ganarse el lugar que merece —cierra sus ojos con lentitud—. Puedo ver cuánto te preocupa el hospital —hago un gesto y mueca de exageración.

Me acerco a la puerta para salir, pero me volteo al recordar algo.

—Me tomaré el resto del día para acompañar a una persona muy importante en mi vida —le informo—. No le daré más información, jefe —cierro la puerta y salgo de allí.

|| ... ||

Observo como Jackson duerme plácidamente, mientras que yo leo libros sobre su cáncer y posibles tratamientos.

Benjamín ingresa en la habitación, observa a Jackson y luego a mí.

—Deberías descansar, rubia —niego y él se coloca frente a mí en cuclillas.

—Tengo que encontrar algo más que las quimioterapias y las radiaciones —masajeo el puente de mi nariz—. No puedo dejar que muera —me observa con tristeza.

—Sé que quieres hacer todo lo posible, pero tienes que ser consciente de lo que haces —me quita el libro.

—Quiero mi libro —niega y se aleja.

—Kika... —oigo la voz de Jackson y le observo.

—Me retiro —avisa Benjamín y desaparece.

—¿Quieres agua o algo para comer? —niega repetidas veces—. ¿Otra almohada? —me levanto de mi silla para acomodar sus almohadas, pero él sujeta mis manos.

—No sigas, Kika —suspira y pasa saliva—. Agradezco todo lo que estás haciendo, de verdad, pero solamente recibiré las quimioterapias y radiaciones —intento hablar—. No quiero más nada, Kika —bajo mi mirada.

—Quiero salvarte, Jack Jack —él acaricia mi mejilla—. No puedo perderte a ti tambien —me sonríe.

—Sea lo que sea que me pase, estaré siempre contigo, mi pequeña Kika —se coloca más al borde de su camilla—. Ven aquí —da toques a su lado.

—No puedo, Jack —él se encoge de hombros.

—Que subas, quiero abrazarte —tira un poco de mi mano.