46

338 25 0
                                    

—Esta eres tú, el tío Max, mamá, papá y yo —va señalando a cada pequeño monigote que había en el dibujo.

—¿Y eso es para mí? —lo sostengo por la espalda para que no se caiga de la camilla.

—Sí, lía —me sonríe con ternura y me extiende el dibujo—. Para ti —musita y yo beso su frente.

—Muchas gracias, cariño —tomo el dibujo y lo observo con detenimiento; Max y yo estamos a la izquierda de Matthew, mientras que mi hermana y Jack a su derecha—. Es precioso, pequeño —acomodo su cabello.

—De nada, lía —ladea su cabecita y esconde una sonrisa.

—Pero que niño más guapo, que te como esas mejillas a besos —doy un suave apretón en su mejilla y Matt ríe.

Se abre la puerta y en la habitación ingresan Max con Jackson.

—¡Tío Max! —exclama mi sobrino e intenta lanzarse de la camilla, pero el rubio es más rápido y lo alza en el aire.

—Hola, campeón —lo sacude un poco—. ¿Acaso estás practicando volar? —sonríe burlón.

—¡Sí! —exclama—, igual que un superhéroe —alza un brazo.

Jackson se acerca a mí y besa mi coronilla.

—Mira, tío Max, te enseñaré como vuelo —hace un gesto para que lo baje y Max lo deja sobre el suelo.

Comienza a correr por la habitación con los brazos a sus laterales.

—¡Soy un superhéroe! —exclama y da un salto, todos reímos.

—Un gran superhéroe —Jackson lo observa enternecido.

En eso Matt sale de la habitación.

—Yo iré por él —menciona Max antes de salir corriendo detrás de mi sobrino.

Observo a Jackson, el cual ya me estaba observando de antes.

—¿Sucede algo? —hace una mueca.

—Tu padre estuvo en tu apartamento ayer —yo coloco mis ojos en blanco.

—No me interesa lo referido a él, Jackie —murmuro.

—Me dijo algo muy importante y me trajo un regalo para Matt —elevo mis cejas y formo una línea plana con mis labios.

—Dudo que pueda salir algo coherente e importante de la boca de ese hombre —bajo mi mirada.

—Tienes una hermana —yo asiento y río.

—A buenas horas se dio cuenta que tiene dos hijas —niego entre risas y él niega—. ¿Cómo que no?

—No me estaba hablando ni de Tania ni de ti —frunzo mi ceño.

—¿Entonces?

—Engañó a tu madre; tu hermana es dos años menor que Tania —entreabro mis labios sin creer lo que acabo de oír—. Y me dejó esto para Matt —abre la mochila de mi sobrino y saca un osito de peluche—. ¿Lo recuerdas? —lo extiende hacia mí.

—Era mi osito de peluche... —lo tomo entre mis manos y lo llevo hacia mi nariz—. Aún huele a mamá... —siento un nudo formarse en mi garganta.

Ese osito lo tengo desde que soy niña, cuando mamá había enfermado siempre dormía con ella y mi osito de peluche, pero cuando me fui de la casa de mi padre lo olvidé. En parte me alegra que mi padre se lo haya dado a Jackson para Matt, nadie más que él merece tenerlo y así podrá tener una pequeña parte de su abuela con él.

—Te recuerdo caminando con ese osito por todas partes —me observa con la cabeza ladeada—, no salías sin ese oso —yo sonrío.

—Y ahora es para Matt —se lo entrego—. Él sabrá apreciarlo con el mismo amor que yo le tuve —muchos recuerdos con mi madre llegan a mi mente—. Como la extraño... —suspiro.

CÓDIGO AZUL © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora