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Espero a que Tammy salga de mi habitación para poder irnos de una vez.

-Dime que estás lista, reina -exclamo desde el sofá.

-Lo estoy hace diez minutos -responde extraña-, pero estoy indecisa -niego con mi cabeza.

-Sal para que pueda verte -me levanto del sofá y veo el hermoso vestido que se ciñe a su cuerpo perfectamente resaltando sus hermosas curvas-. Te queda perfecto, mujer -la observo-. Dejaras a más de uno boquiabierto -ambas reímos.

-Entonces salgamos ya -sonrío y ambas salimos de mi apartamento.

|| ... ||

Estábamos en un nuevo bar que estaba siendo inaugurado y, sinceramente, promete muchísimo.

Es un lugar bastante amplio, está a reventar de gente, se ve limpio y se siente agradable el estar aquí sin conocer a nadie.

No había nadie del hospital en este lugar, a excepción de Tamara y yo. El bar está bastante alejado del hospital y nadie se atrevería a venirse hasta aquí, excepto nosotras.

Puedo notar como un par de ojos grises se posan sobre mi amiga y colega. Codeo a la morena procurando que también note al par de ojos verdes que la observan.

-¿Qué coño hago? -musita regalando su mejor mirada coqueta.

-Lo que tú sabes -susurro y veo como el chico emprende su caminata hacia mi amiga-. Rápido porque te quedas tú sola -sonrío-. Suerte, reina -me alejo caminando hacia la barra.

El cantinero se me acerca con una sonrisa esperando que ordene algo para beber.

-Una margarita -menciono con simpleza.

-En seguida -comienza a preparar la bebida.

Volteo en el taburete mientras que observo los a alrededores del lugar; es bonito, ni tan sofisticado ni tan extravagante. En mi extenso análisis me topo con unos brillantes diamantes fijos sobre mí.

Me vuelvo hacia el cantinero que acaba de dejar mi bebida frente a mí. Agradezco con una débil sonrisa y comienzo a beber de forma tranquila.

Observo a Tammy hablando muy animadamente con el chico de nombre desconocido, se la ve cómoda y él luce agradable.

Vuelvo a observar el lugar en el que se encontraba Jefferson pero ya ni rastro de él, suelto un suspiro de alivio.

-Un whisky doble -doy un respingo al oír la voz de Jefferson a mi lado.

Tomo mi copa nuevamente entre mis dedos para volver a beber el contenido de esta.

Siento los ojos del apuesto hombre a mi lado, puedo notar como sus ojos se clavan sobre mí pero le ignoro por completo.

-Aquí tiene -le entrega su trago pero antes de atender a la siguiente persona me sonríe y guiña un ojo.

Observo por el rabillo de mi ojo como bebe de su whisky sin quitar los ojos del cantinero.

-¿Qué haces aquí, Danvers? -cuestiona sin ver mis ojos.

CÓDIGO AZUL © [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora