✦•Haru Haru.•✦ (KookTae)

❀ »Trigésimo octavo capítulo.

214 días

Miro a Taehyung ingresar a la habitación con una gran sonrisa, contagiándome enseguida con su buen humor. Es increíble lo que puede lograr con su presencia, brindándome calma.

Hoy quiero hacer algo nuevo, deseo verme al espejo luego de mucho tiempo, tengo nervios, no sé que voy hacer si no estoy como espero, debido a que debo cumplir con mis fans.

—Cariño, ¿Pidamos pizza y vemos una película?

—Claro Tae, pero primero me daré una ducha, aunque necesito un favor. —intento no sonar nervioso.

—Dime que deseas, Kook.

—Necesito que traigas un espejo, hoy deseo hacer todo por mi cuenta —intento callar los gritos de mi mente, que me ruegan que no lo haga, debido a que volveremos a lo mismo.

—Bueno, pero sabes que si necesitas algo me avisas.

—Si, cielo, no te preocupes.
Al oír mi respuesta sonríe y me ayuda a ponerme de pie, con lentitud camino hacia el baño de mi habitación, mis rodillas aún duelen, pero eso no me impide detenerme; luego de una larga batalla llegamos, me ayuda a quitarme mi ropa, aunque me quedo con calzoncillos.

Noto su sonrojo al mirar mi cuerpo, es curioso, porque no sé que tiene de impactante para que actúe de ese modo, pero bueno, adoro conocer nuevas facetas de él. ¿Cuántas veces ocurrió que no me di cuenta? Mientras lloraba y lo veía como un salvador jamás me percate de la tierna masita que se vuelve cuando se trata de mi.

Tae, sale de la habitación, por eso me saco la última prenda, metiéndome en el agua tibia, lavo mi cuerpo con lentitud, notando la piel maltratada.

¿Por qué no ví antes esto?

Creo que tenían razón mis fans.

Respiro, intentando calmarme, hasta que siento la puerta ser abierta, interrumpiéndome de todo pensamiento:

—Aquí tienes Kookie.

—Gracias.

Lo pienso por mucho tiempo, hasta que finalmente me pongo de pie con cuidado, una toalla pasa por mi cintura y camino con lentitud hasta esa cosa.

La arrojo, quedando completamente expuesto.

Me miró detalladamente, comenzando a llorar por la vista.

Mis costillas se notan mucho, tengo marcas de cortadas en mi brazo, mi cabello está muy largo, al igual que mi piel con un horrible blanco.

¿Qué tengo de hermoso?

¿Por qué Tae, me mira como si fuera el ser más hermoso?

Mi cuerpo tiembla, desesperado por desear no continuar mirando esa horrible silueta, por eso, lo tiro a la dirá superficie, provocando que se quiebre en miles de pedazos.

—¡No puedo! —grito mientras caigo al piso —no puedo —vuelvo decir, pero está vez en un tono más bajito, deseando desaparecer.

—¡Kook, que ocurre! —al oír esa voz, lloro con fuerza.

—¡No puedo!

—Pronto podrá. Todo a su tiempo, cariño —al decir eso, se acerca abrazándome con cuidado, guiando mis manos a su espalda.

Es inevitable no apretar fuerte, mis ganas de dañarme vuelven, pero algo me evita hacerlo.

—No puedo, no puedo, soy horrible, doy vergüenza —vuelvo a repetir.

—El día que te des cuenta el hermoso ser que eres, nadie podrá detener —termina por decir sin alejarse de mi.

Pasamos horas en la fría superficie; en ningún momento deja de abrazarme, solo acariciaba mi cabello, sin decir palabras.

Al sentirme más calmado, levanto mi rostro, quedando frente a frente:

—Gracias —sin hacerse esperar, besa mi mejilla con cuidado.

—Jamás te abandonaré —habla con seguridad mirando directamente a mis ojos.

Al oír sus palabras me percató de lo destruido que me encuentro, no sé cuando podré disfrutar de la vida, el proceso es lento, pero al menos encontré a alguien que me apoye y me ayuda a crecer.

—Lo sé.