Jeon Jungkook, es un cantante mundialmente conocido, que está siendo hundido por la presión de la fama, pero todo cambia cuando conoce a Kim TaeHyung, su nutricionista.
✦•Pareja: KookV.
✦•Advertencia: La historia contiene contenido delicado para alg...
-¡Jin, ya no puedo más-veo mis rodillas cubiertas de sangres, luego de caerme por un paso mal ejecutado.
-Jeon, sabes muy bien que debes cumplir con tus fans, gracias a ellas puedes hacer lo que amas, ahora no te pongas de llorón, eso se cura y listo, recuerda que aun eres un don nadie, estas recién comenzando.
Al oír sus palabras, la culpa aparece en mí, no me siento bien, ya que mi cuerpo aún no sé acostumbra a la dieta que me obligan a cumplir.
-Sí, eso haré -tomo aire, poniéndome de pie, sintiendo un dolor horrible en mis rodillas- lo siento, Hyung.
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Despierto asustado y desorientado, miro a mi alrededor, intentando comprender mi alrededor, tranquilizándome al notar que me encuentro en casa. Mierda, deseo ver a Tae, está siendo más difícil de lo que creí superar mi pasado.
He progresado al notar que mis sentimientos son reales, pero también me aleje, para tener algo más claro.
Me pongo en la orilla de la cama mirando el piso, debo ir con Tae, le debo una disculpa, debo esforzarme, desde que soy famoso lo he estado haciendo, yo puedo. Mi primer pie hace contacto con el suelo, algo inseguro pongo el segundo, me aferro a la cama, utilizándola de soporte, mis rodillas duelen un poco, pero debo llegar a la otra habitación.
Camino tembloroso, hasta la pared más cercana, joder, duele, pero debo hacerlo, ya no puedo aguantarlo. Pasan unos minutos, el dolor continuo, pero como dice mi psicóloga, debo esforzarme en buscar una solución, no quejarme.
Llego al interruptor de la luz y la enciendo, la habitación deja de ser toda negra, ahora tiene brillo. Debo continuar. Luego de un camino que parecía eterno salgo de la habitación. Aun mi soporte es la pared, por ese en el momento de tener que caminar al fuerte caigo.
Derrumbado en el sueño, sintiendo un agudo dolor conocido, vuelvo a ponerme de pie. Camino con lentitud, hasta llegar a la puerta, dudo si tocar, pero finalmente decido por tocar.
-Tae, necesitamos hablar.
Intento hacer que mi voz no se escuche tan agresiva, vuelvo a repetir la misma frase, para finalmente tocar un poco fuerte; pasan unos dos minutos, cuando escucho un somnoliento pasa.
Abro la puerta, ingresando a la habitación, para luego encender la luz.
Noto, su mirada semidormida, por eso, al terminar de despertar, me mira sorprendido, mientras llorar, para luego correr a mi rescate. Al tenerlo cerca, lo abrazo a mi cuerpo, me acerco a la cama y terminamos por caer, mientras lleno sus mejillas de besos.
