✦•Haru Haru.•✦ (KookTae)

❀ » Vigésimo segundo capítulo.

85 días

Últimamente he podido comer, aunque muy poco, la psicóloga me felicito por mi gran avance, aun duele, no lo niego, ya que siento que le falle a mis fans, ellas lo eran todo, realmente les daría mi vida, pero me he dado cuenta de que está bien querer y agradecer, pero no entregarles el alma, ya que te pueden dañar con una simple critica.

Ahora me encuentro mirando a la ventana apreciando el bello día, pesando en que no he visto a Jin, hace semanas, es raro, ya que es la primera vez que no me siento muerto viviendo el día a día, no tengo la presión de la fama, no debo seguir estrictas dietas, solo soy yo, Jeon Jungkook, un gripo que le apasionaba cantar, pero se volvió una obligación.

Estoy atrasando mi carrera como musico, pero era hora de pensar en mi, aunque aún cuesta, he hablado mucho con Tae, estoy aprendiendo de apoco como valorarme, mirarme al espejo no puedo, aunque por primera vez note los rasguños que tiene mi piel, ¿en que momento me lo hice? No lo sé, pero en algún momento lo descubriré.

No mentiré, la verdad es que no todo es perfecto actualmente debido a que me siento atrapado en una jaula, no puedo hacer ni moverme solo, extraño ser independiente, algunas veces en las noches despierto llorando, sintiendo que me falta al aire, asustado por estar fuera de mi hogar, extraño todas mi cosas, aunque al final me tranquilizo, es horrible.

Desearía que Tae, durmiera a mi lado, ya que es cómoda su presencia, sin contar que me brinda seguridad, pero no podemos debido a que él es mi nutricionista y es mal visto que tenga preferencia con algunos de sus pacientes; eso es decepcionante, que termina por doler.

Pasan las horas hasta que finalmente se abre la puerta, al notar cuando entra a la habitación le sonrío, se acerca a mi besando mi mejilla con cuidado, para luego tomar asiento en mi lado:

—Tae, ¿cuándo saldré de este lugar? —lo miro con seriedad.

—Kookie, mientras más avances, más rápido te dejaran ir —al escuchar sus palabras enseguida mis ojos se cubren de lágrimas.

—¿Y caminar? —hablo bajito.

—Kookie, no puedo decirte nada de eso, no me lo permiten.

—¡Ya no quiero estar aquí, ya no aguanto, deseo el alta! —comienzo a llorar extrañando mi antigua vida.

—¿Deseas irte Kookie? —esa hermosa pero débil voz me trae a la realidad — ¿tanto te incomoda?

—Si, cada día que pasa me ahogo, aunque tú impides que me hunda, este lugar no es cómodo, me siento atrapado, deseo volver a bailar e intentar a disfrutar de mi vida —intento no llorar al decir lo último —vete, deseo estar solo.

—No te dejare Jeon, no puedo —escucho esas palabras y algo me hace sentir un poco de calidez, pero el deseo no de verme débil lo impide.

—¡No, vete ahora! —en ese momento mi pecho duele y mis manos tiemblan, ¿Qué se hacen con ella? Las paso sobre mi piel, comenzando a gritar que me dejen ir, extraño mi hogar, aunque al final todo se vuelve negro.

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Explicación: Hablamos de recaída depresiva cuando el paciente depresivo empeora antes de que haya una recuperación, es decir antes de los seis meses.